martes, 12 de septiembre de 2017

EL CIBERACOSO, UNA AMENAZA PARA LA NIÑEZ

Por Armando Maya Castro
Abundan los adultos que se hacen pasar por niños para ganarse la confianza de menores en redes sociales. Su propósito: obtener imágenes o videos de desnudos o actitudes sexuales explícitas. Viene luego el chantaje a la víctima para perpetrar un abuso en la realidad (Foto: Voltaico).

Hablar de grooming es hablar de una práctica delictiva que afecta la seguridad de los menores de edad que tienen acceso a redes sociales, chats y foros, donde cada día se multiplican las amenazas y su peligrosidad, algo que deberían saber perfectamente bien los padres de familia. 

El grooming es el acoso de un adulto a un menor de edad mediante el uso de las tecnologías antes mencionadas, sobre todo en Facebook y WhatsApp, donde el ciberacosador adquiere cada vez mayor fuerza. Los adultos que practican esta inmoral forma de acoso en agravio de niños y niñas son llamados groomers, cuyo campo de acción es el Internet, donde suelen hacerse pasar como menores de edad. Su objetivo: “ganarse su confianza, y lograr que les envíen fotos o videos comprometidos: con desnudos o actitudes sexuales explícitas, con las que luego chantajeará online a la víctima para conseguir un abuso en la realidad” (El Mundo, 26/09/2017).

Una descripción sobre estos delincuentes que conviene tener presente es la que nos proporciona Casas (2017) en su obra “La red oscura: En las sombras de Internet: el cibermiedo y la persecución de los delitos tecnológicos”:

"El groomer es un auténtico depredador y a menudo su crueldad es inaudita, superior a la de los pederastas, en sentido estricto, que buscan racionalizar una conducta no violenta, al menos desde su particular punto de vista y excepción hecha de aquellos que tienen comportamientos sádicos”. 

Del perfil psicológico de los groomers, el autor en referencia nos dice: "Suelen ser muy activos y sus víctimas se cuentan por centenares o miles". Añade que un practicante del grooming "tiene creados múltiples perfiles en las redes sociales que frecuentan los niños, Tuenti, Facebook, etc. En aquel lugar donde haya menores, allí estará. Usa fotos del chico o chica que atraiga al segmento de población al que desee atacar".

Para el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), el ciberacoso representa un riesgo para las víctimas que incluye enfermedades, embarazos no deseados, trastornos psicológicos, estigma, discriminación, dificultades en la escuela, y hasta el suicidio en caso extremo" (Ávila, 2016).
La buena noticia para el estado de Jalisco es que recientemente el Congreso local penalizó el grooming, el sexting y los retos suicidas. Observe usted lo que al respecto publicó el portal web del Congreso del Estado de Jalisco, el pasado 7 de septiembre:

“Respecto a la modificación al Artículo 142-A [del Código Penal del Estado de Jalisco] se impondrán de tres a seis años de prisión a aquel adulto que con propósitos sexuales se haga pasar por un niño o adolescente para engañar a una persona menor de edad, cuando el depredador haga uso de las tecnologías de la información la pena irá de los seis a los 12 años y si la víctima es menor de 12 años la pena podría alcanzar hasta los 15 años” (Congreso del Estado de Jalisco, 2017). 

Para entender la importancia de que en Jalisco se castigue con multas y cárcel esta deliberada forma de acoso, es necesario saber qué es lo que está pasando en ese estado en materia de grooming. Me apoyaré para ello en un extracto de la conferencia Riesgos y seguridad infantil en un mundo virtual, presentada por la diputada panista María Arámbula, el pasado 24 de junio: 

“En Jalisco, sobre todo en Vallarta, estamos entre los primeros lugares en pederastia y pornografía infantil, por lo que consideró que hace falta conjuntar esfuerzos entre padres de familia, maestros, sistema educativo y sistemas de gobierno, para establecer mecanismos de protección y seguridad, tanto para padres como para los propios niños, a propósito de los riesgos que corren nuestros hijos cuando navegan en la red”. 

Luego de reconocer la situación de Jalisco en materia de pederastia y pornografía infantil, la legisladora blanquiazul continuó explicando el modus operandi de los groomers: “Una vez que los acosadores consiguen que la víctima acepte un encuentro en el mundo real, entonces se configuran delitos más serios, como trata infantil, pornografía, violaciones y abuso infantil”.

Por la amenaza que estos depredadores representan para los menores que navegan en la red, es digno de aplaudir el trabajo de las y los legisladores del estado de Jalisco. Y lo digo porque estoy totalmente convencido de que las sanciones que incorpora el Código Penal del Estado de Jalisco han de contribuir a disminuir esta modalidad de acoso en prejuicio de los niños.  

Twitter: @armayacastro 

Publicado en la edición impresa de El Mexicano, el 12 de septiembre de 2017.






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