martes, 28 de junio de 2016

NUEVO ENFRENTAMIENTO ENTRE TURQUÍA Y EL VATICANO

Por Armando Maya Castro

Desde el año 1946, el genocidio es una figura reconocida como delito internacional por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, un organismo que a través de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas "adoptó y sancionó en 1948 la siguiente definición de genocidio: 'cualesquiera de los siguientes actos realizados con la intención de destruir, en su totalidad o en parte, un grupo étnico, racial o religioso, tales como: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencionado del grupo a condiciones de existencia que conlleven necesariamente su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) transferencia forzada de niños del grupo a otro grupo'".  

Bajo la anterior definición, proporcionada por el Diccionario de relaciones interculturales: diversidad y globalización, conviene preguntarnos: ¿es o no genocidio la masacre armenia perpetrada por el imperio otomano entre 1915 y 1923? El papa Francisco insiste en que sí es genocidio, mientras que el viceprimer ministro turco Nurettin Canikli lo niega tajantemente y califica las palabras del máximo líder del catolicismo como “signos desafortunados de la mentalidad de cruzado, que se refleja en el papa como en la actividad del papado”. La molestia de este funcionario turco lo llevó a decir, entre otras cosas, que la declaración papal “no es objetiva y no es consistente con la realidad”.

El papa se defendió al declarar que no utilizó esa palabra “con un ánimo ofensivo, sino de forma objetiva”. Defendió también a Jorge Mario Bergoglio el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien señaló: “Si se escucha al papa no se encuentra en sus palabras nada que evoque un espíritu de cruzada. Su deseo es construir puentes en lugar de muros. Su intención es poner los cimientos de la paz y la reconciliación”.

La definición de genocidio para las matanzas de armenios entre 1915 y 1923, ha sido reconocida por diversos documentos históricos. Tanto en Francia como en Alemania, la ley califica de “genocidio” la masacre armenia perpetrada por el imperio otomano. Hasta hace algún tiempo, la historia oficial turca negaba la amplitud de la masacre. Hoy la reconoce, pero niega que los militares otomanos hayan cometido un genocidio, explicando que las muertes de ese tiempo se dieron en el marco de enfrentamientos con militares otomanos, algo que niegan categóricamente Michele Novotni y Randy Petersen, autores del libro Enojado con Dios (Editorial Mundo Hispano), quienes aseveran que los musulmanes en el poder lanzaron un “genocidio metódico”, con el claro propósito de “exterminar a los armenios cristianos".

El actual papa, al saber que hasta 2014 sólo 22 naciones de la tierra reconocían estos dolorosos hechos como un genocidio, pidió a la comunidad internacional reconocer el hecho como un genocidio, provocando en ese año "un diferendo diplomático con Turquía cuando las relaciones entre cristianos y musulmanes atraviesan una época difícil, señaló entonces una nota de la agencia noticiosa Associated Press.

¿Qué fue lo que declaró entonces el papa Francisco? Aquí sus declaraciones: “Es necesario, y de hecho un deber rememorarlo, para honrar su memoria, porque cuando la memoria se desvanece, significa que el mal permite que las heridas se agraven. Ocultar o negar el mal es como permitir que una herida siga sangrando sin vendarla". Hasta aquí las palabras del papa, quien provocó la rápida reacción de la cancillería turca, que pidió a su enviado a la sede papal expresar su malestar por las declaraciones del pontífice romano. El papa justificó su polémica declaración señalando que "el camino de la Iglesia es el de la franqueza", y añadió: "no podemos silenciar lo que hemos visto y escuchado". 

Mientras que el papa y los católicos armenios esperan que algún día se dé el tan esperado reconocimiento del genocidio armenio por parte del Estado turco, la humanidad espera que haya mesura en este tipo de declaraciones públicas.

Por ello insisto en lo que escribí en este mismo espacio periodístico el 14 de abril de 2014: El mundo de hoy no necesita revivir estériles conflictos pasados; necesita paz, y que los seres humanos y las naciones sean capaces de construir a través del diálogo y la negociación una relación armoniosa y de respeto.

Twitter: @armayacastro

Publicado en la edición impresa de El Mexicano de Tijuana, el 28 de junio de 2016

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