jueves, 12 de mayo de 2016

UNA CRISIS QUE SE REMONTA A LA EDAD MEDIA

Por Armando Maya Castro

El pasado 11 de abril, el cardenal Norberto Rivera Carrera dijo a los católicos que escuchaban su homilía dominical en la catedral metropolitana: “A nadie le podemos ocultar las crisis y las oscuridades que nuestra Iglesia sufre mientras está en camino…”. 

Las palabras con que el purpurado mexicano reconoció la crisis en que se halla inmersa la Iglesia católica son, sin lugar a dudas, para el análisis, como también lo son las palabras de Benedicto XVI en el sentido de que la Iglesia católica está “marcada por el pecado”.

Estas palabras fueron expresadas por el ahora papa emérito a los obispos de Bélgica reunidos en la sede papal, el 8 de mayo de 2010. Con base en ello, los defensores del catolicismo podrían argumentar, en defensa de su religión, que el alemán Joseph Ratzinger se refería únicamente a la crítica situación de la Iglesia belga, no a la situación general de la Iglesia. 

Lo cierto es que la crisis del catolicismo por los casos de pederastia clerical no es privativa de la iglesia católica belga; abarca otros países, incluido México, donde según cálculos del ex sacerdote Alberto Athié “hay más de mil menores víctimas de abuso sexual de sacerdotes” (La Jornada, sábado 13 de febrero de 2016, p. 10). 

El propio Norberto Rivera ha sido señalado por Athié como “encubridor sistemático de pederastas”. El 5 de febrero de 2015, el ex cura católico declaró a Noticias MVS: “En el caso de México, obviamente el caso más terrible que hemos tenido en la historia es el del cardenal Norberto Rivera, encubridor sistemático de pederastas y además burlándose de las víctimas.” 

Sobre estos dos personajes, el ex sacerdote Athié señaló lo siguiente en la declaración que presentó por escrito a la Corte Superior de California en 2009: “Durante seis años traté de que el cardenal Norberto Rivera Carrera y el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, me escucharan acerca del crimen del abuso sexual y otras formas de manipulación que el padre Marcial Maciel cometió contra Juan Manuel Fernández Amenábar cuando era niño.”

No abundaré en los excesos del fundador de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi, quien es –junto con el sacerdote potosino Eduardo Córdova Bautista¬– uno de los depredadores sexuales más peligrosos en la historia de la Iglesia católica mexicana. Y no lo haré porque sobre este caso específico y sobre los persistentes casos de pederastia clerical ha corrido mucha tinta en la prensa nacional y extranjera. 

Sin embargo, es obligado señalar que la actual crisis del catolicismo, cuya mayor prueba es la pérdida masiva de fieles, no es privativa del tiempo actual. Esta crisis se remonta a la Edad Media, cuando la jerarquía católica comenzó a abandonar sus funciones religiosas para ocuparse de aspectos meramente materiales. 

El problema, evidentemente, no era sólo el alto clero medieval, obstinado en rodearse de lujos y riquezas como los nobles y príncipes de aquella época. El problema eran también los miembros del bajo clero, desprovistos de una preparación que les permitiera desempeñar debidamente sus actividades religiosas. Y como si esto no fuera suficiente, muchos de ellos llevaban una vida totalmente desenfrenada.

Fue justamente en la Edad Media cuando surgió la inquisición, creada por el papado para combatir la herejía, es decir, “aquello que estaba en contra de los artículos de fe” del catolicismo. En ese período histórico se inauguraron también las cruzadas, expediciones militares que, al grito de “Dios lo quiere”, combatieron violentamente a musulmanes, judíos y ortodoxos. 

Sobre estas empresas criminales, Jalil Saab H., en su ensayo México: un experimento, señala: "Las ocho cruzadas dieron como resultado no la expulsión de los infieles de Tierra Santa, sino la muerte de más de 2 millones de europeos, el despoblamiento y empobrecimiento de provincias enteras (en particular, Chipre y Antioquía), el cambio de dueño de grandes extensiones territoriales y el mestizaje en Siria, Líbano y Palestina, donde actualmente puede percibirse, en parte de la población, las características raciales heredadas como producto de las violaciones masivas practicadas por los cruzados franceses, alemanes o ingleses." 

A todo esto deben añadirse las demás vejaciones que esta institución cometió a lo largo del medievo y en otros periodos de la historia, situaciones que, en mi opinión muy personal, han contribuido a forjar la actual crisis del catolicismo. 

Twitter: @armayacastro

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