sábado, 19 de diciembre de 2015

¿SON GUADALUPANOS TODOS LOS MEXICANOS?

Por Armando Maya Castro

Guillermo Schulenburg Prado, siendo abad de la basílica, negó la existencia de  Juan Diego y, en consecuencia, la tradición aparicionista



Tiene razón el investigador Roberto Blancarte cuando escribe que "no todos los mexicanos son guadalupanos". También la tiene al criticar la forma en que algunos analistas y medios de comunicación cabecean los resultados de la reciente encuesta sobre guadalupanismo realizada por Parametría, empresa especializada en sondeos, encuestas e investigaciones de campo. 

México no es un país cien por ciento guadalupano, como algunos analistas señalan en sus espacios de opinión. La nuestra tampoco es una nación uniformemente católica, como lo fue durante la vigencia del Estado confesional. ¿Cuál es entonces la actual composición religiosa de México? Los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, levantado por el INEGI entre el 31 de mayo y el 25 de junio de ese año, indican que México tiene una gran diversidad religiosa, formada por 8.311 asociaciones religiosas que han solicitado y obtenido de la Secretaría de Gobernación (Segob) su Registro Constitutivo. 

Los datos de la encuesta de Parametría demuestran que el guadalupanismo en México va a la baja. Al respecto, Blancarte señala: "Si en el censo de 2010 hubo 82.7 por ciento de los mexicanos que se adscribieron como católicos, es natural que también haya un porcentaje similar de guadalupanos". 

Sobre este punto en particular, Marcos Gordoa señala que hay católicos guadalupanos y antiguadalupanos; los unos creen en el mito aparicionista, los otros lo cuestionan. En la lista de católicos antiguadalupanos figuran, entre otros, fray Alonso de Montúfar, fray Bernardino de Sahagún, monseñor Eduardo Sánchez Camacho, obispo de Tamaulipas, y monseñor Guillermo Schulenburg Prado, quien por más de 30 años fomentó el culto de la Guadalupana como abad de la Basílica de Guadalupe. 

El 24 de mayo de 1996, en declaraciones hechas a la revista Ixtus, Espíritu y Cultura, Schulenburg cuestionó la existencia histórica de Juan Diego, al que consideraba un símbolo y no un personaje real. En septiembre de 2001, Schulenburg y tres sacerdotes más enviaron una carta al Vaticano exponiendo sus dudas sobre la existencia de Juan Diego. 

¿A qué se debe que, a semejanza de Felipe Calderón Hinojosa, haya voces interesadas en “guadalupanizar” al México plurirreligioso de nuestro tiempo? La respuesta nos la da el propio Roberto Blancarte al referirse a los mexicanos no guadalupanos: “Estamos hablando de más de 20 millones de mexicanos, que suelen ser ignorados por políticos, funcionarios y líderes religiosos, en el afán de seguir identificando a nuestra nación con el guadalupanismo". 

Ignorar a los millones de mexicanos que, en uso de sus libertades, han renunciado al catolicismo y,  en consecuencia, al guadalupanismo, es mucho más grave que negar la composición plurirreligiosa de México. Este empeño intolerante es excluyente y constituye un claro atentado contra los derechos humanos y las libertades fundamentales de los mexicanos no guadalupanos, quienes son libres de elegir la creencia religiosa de su preferencia. 

No hay que olvidar que los medios de comunicación y sus representantes tienen una función y una responsabilidad importantísima dentro de la sociedad: la de formar opiniones, proporcionar información y contribuir al desarrollo de la sociedad. En lo que concierne al tema que nos ocupa, su deber es trabajar en el fortalecimiento de una cultura de respeto hacia lo diferente, evitando privilegiar desde sus campos de acción a una denominación religiosa en detrimento de las demás.