viernes, 29 de mayo de 2015

ECUADOR: VISITA PAPAL Y ESTADO LAICO

Por Armando Maya Castro
El papa y el presidente ecuatoriano Rafael Correa (Foto / ACI Prensa)

El papa tiene todo el derecho de visitar a los fieles de su Iglesia en cualquier país del mundo. Es un derecho que tiene no sólo Jorge Mario Bergoglio, líder máximo del catolicismo, sino también los líderes de todas las religiones del mundo. El problema no es que se realicen esta clase de visitas, sino que se utilicen recursos públicos para sufragar las actividades de las mismas.

Hoy me referiré específicamente a lo que pasa en la República del Ecuador, un país laico de acuerdo al artículo primero de la Constitución ecuatoriana, que a la letra dice: “El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico”.

La separación definitiva del Estado y de la Iglesia en ese país sudamericano se produjo en 1895, luego del triunfo de la revolución liberal. Fue entonces cuando se limitó el ámbito de influencia de la Iglesia romana, “cuyo poder era percibido como el principal obstáculo para los avances modernizadores”, señala la escritora Gabriela Dalla Corte.

Ese año se logró, entre otras cosas, el establecimiento de la educación laica, el manejo de los cementerios por parte del Estado, el establecimiento del divorcio y la eliminación del diezmo.

Tras este importante avance, vino una lamentable regresión al ser promulgada la Constitución de 1897, misma que instituyó el catolicismo como única religión del Estado (Artículo 12). Inmediatamente después del anterior artículo, que elevaba a rango constitucional el carácter confesional del Estado, la Carta Magna en cuestión instaba al respeto de las creencias y manifestaciones religiosas de la ciudadanía (Artículo 13).

Este retroceso fue remediado al ser promulgada la Constitución Liberal de 1906, en la que se suprime la religión oficial y se garantiza la libertad de conciencia. El artículo 16 de este documento, al que tuve acceso mediante la página web de la Asamblea Constituyente de la República del Ecuador, consignaba que "La enseñanza es libre, sin más restricciones que las señaladas en las leyes respectivas; pero la enseñanza oficial y la costeada por las Municipalidades, son esencialmente seglares y laicas”. Este artículo añade, asimismo, que “Ni el Estado ni las Municipalidades subvencionarán ni auxiliarán, en forma alguna, otras enseñanzas que no fueren la oficial y la municipal.”

Lamentablemente, los preparativos para recibir al papa en el Ecuador rompen con el carácter laico que tiene el Estado ecuatoriano. Y es que el presidente Rafael Vicente Correa Delgado, quien se identifica con los sectores más liberales de la Iglesia católica ecuatoriana, emitió el pasado 29 de abril el Decreto 663, en el que declara de interés nacional la visita del papa Francisco a ese país (Artículo 1). Este precepto presidencial pasa por encima de la diversidad religiosa existente en ese país, la cual consta en el siguiente dato: La Dirección de Políticas de regulación para el Libre Ejercicio de Cultos del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, registra legalmente en Ecuador más de 2.980 grupos religiosos.

El decreto ejecutivo emitido por el presidente Correa, que crea el Comité Nacional para la visita del romano pontífice, ordena "Disponer a la Administración Pública Central e Institucional y solicitar de los Gobiernos Autónomos Descentralizados que, en el marco de sus competencias, orienten sus acciones para coadyuvar en la realización efectiva de este evento internacional" (Artículo 2).

El presidente dispuso en su decreto no sólo la creación de un comité especial; también ordenó que los gastos de la visita apostólica los asuma el Estado ecuatoriano: "En caso de que las actividades de la visita del Papa Francisco demanden gastos en el ámbito de las competencias de Ministerios o Entidades del Sector Público, estos egresos serán asumidos con cargo a sus propios presupuestos" (Artículo 5).

El decreto en cuestión, y las acciones que el Estado realiza con motivo de la visita papal, evidencian que las autoridades ecuatorianas están procediendo como si Ecuador fuese un Estado confesional. Daniel Crespo, profesor de Humanidades de la Universidad de Los Hemisferios, señala que “en la práctica el Ecuador funciona como un Estado confesional”. Este académico presenta como prueba de sus afirmaciones las siguientes situaciones: “Desde 1895 hay en Ecuador una Ley de Cultos, pero los juristas aplican el Concordato con la Iglesia católica como si fuera la Ley de Cultos. Hay instancias como el Consejo Nacional de Libertad Religiosa, en donde se ha evidenciado que la laicidad del Estado no se ha verificado, a pesar de haberse proclamado hace más de un siglo. Los pasaportes diplomáticos sólo eran concedidos a obispos católicos y no a representantes de otras confesiones…”.

Los anteriores privilegios, y los que por decreto presidencial se están otorgando a la Iglesia romana con motivo de la visita papal, prueban fehacientemente el desmantelamiento del Estado laico ecuatoriano, una situación que coloca a las minorías religiosas en un estado de exclusión e indefensión, así como en una total desventaja frente a la institución religiosa que está siendo altamente favorecida por el presidente Rafael Correa. 

Twitter: @armayacastro

Publicado el jueves 29 de mayo de 2015 en El Mexicano de Tijuana

jueves, 21 de mayo de 2015

DISCRIMINACIÓN Y ESPIONAJE TELEFÓNICO

Por Armando Maya Castro
Representantes de pueblos indígenas reunidos con Lorenzo Córdova Vianello (Foto: Semanario Proceso

Todo parece indicar que nada le va a suceder a Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), por discriminar y burlarse de la forma de hablar de Mauricio Mata Soria, un representante indígena de Guanajuato con el que sostuvo una reunión el pasado mes de abril.

Y digo que nada sucederá porque el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) informó este martes que no abrirá un procedimiento de queja sobre la conversación del funcionario del INE, argumentando estar “legalmente impedido” por el Artículo 16 de la Constitución Política, el cual garantiza el derecho de las personas a la inviolabilidad de sus comunicaciones privadas. Ante la explicación del Conapred uno se pregunta: ¿Dónde queda el derecho de las personas a no ser discriminadas?

A pesar de que en redes sociales le piden que se vaya, y de que miles de personas han firmado en Internet una petición que circula en la plataforma Change.org, exigiendo la renuncia del titular del INE por sus comentarios racistas y ofensivos contra los indígenas del país  y los padres de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, Lorenzo Córdova ha descartado esta posibilidad, ya que los tiempos electorales no son propicios para este cambio, explicó. 

Se queda al frente del INE a pesar de sus indefendibles expresiones discriminatorias, con las que ofendió no sólo a una persona, sino a millones y millones de indígenas esparcidos a lo largo y ancho de territorio mexicano y, simultáneamente, a todo el pueblo de México. 

La información sobre la no renuncia de Córdova Vianello la han dado a conocer varios medios de comunicación, entre ellos El Universal, que en la columna Bajo Reserva Exprés se refiere a "tres componentes" del mensaje que preparó el funcionario electoral de mayor importancia en México, ninguno de los cuales contempla la salida de Córdova de la presidencia del órgano electoral.

El primero de estos componentes, y al que mayor importancia le han dado el INE y algunos actores políticos de México, es la cuestión del espionaje telefónico. Para Córdova, la filtración del audio que contiene la conversación telefónica con Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del organismo, tiene claramente una intención de lastimar al INE, organismo que ha hecho pública su indignación por este tipo de prácticas, exigiendo de las autoridades competentes la más exhaustiva investigación.

Por supuesto que indigna el espionaje telefónico en agravio de Córdova Vianello, toda vez que vulnera los derechos humanos de este servidor público, y no es aceptable que en México se den este tipo de prácticas ilegales. Estoy totalmente convencido de que lo ideal sería que estos delitos fuesen perseguidos y sancionados como marca la ley, pero también sé que lo real en México es que ninguna de las personas que se han valido del espionaje telefónico para obtener grabaciones de personalidades políticas y sociales ha pisado la cárcel jamás. 

En su “disculpa”, el presidente consejero del INE calificó su comentario como “probablemente poco afortunado en el ámbito de una conversación privada”, en vez de reconocer sin ambages que se equivocó y que sus palabras fueron, no poco, sino muy desafortunadas. También dijo que sus expresiones tienen que ver con “un juicio estrictamente personal respecto de un interlocutor que no forma parte de un juicio público ni relativo a derechos. Un comentario jocoso, si quieres desafortunado, respecto de un episodio de los muchos (a) que estamos expuestos a este tipo de funciones’’. 

Más allá de las inconvincentes explicaciones del árbitro electoral, me parece altamente indignante que este funcionario público se haya burlado así de las personas que no tuvieron las oportunidades de superación académica que él tuvo. Estoy totalmente convencido de que si los indígenas de los que se burló hubieran tenido las oportunidades que la situación del país les ha negado, varios de ellos superarían a muchos de los políticos que se desempeñan actualmente en la función pública. Si lo dudan, pregunten por Benito Juárez, el campesino indígena que llegó a ser presidente de México, no cualquier presidente, el mejor que ha tenido nuestro país.

Twitter: @armayacastro

Publicado el jueves 21 de mayo en el diario El Mexicano


sábado, 16 de mayo de 2015

RECONOCIMIENTO DEL VATICANO AL ESTADO DE PALESTINA

Por Armando Maya Castro
El papa Francisco y el presidente palestino, Mahmoud Abbas.  Foto:  EFE 

El día de hoy, el papa Francisco recibió en audiencia en el Vaticano al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, célebre, entre otras cosas, por negar en un libro de su autoría el asesinato de seis millones de judíos en el holocausto nazi. 

El encuentro entre el pontífice romano y el presidente palestino se produce días después de que el Vaticano se sumara a los países que reconocen oficialmente la existencia de Palestina como Estado soberano, un tema que ha generado todo tipo de reacciones.

El reconocimiento en cuestión ha sido considerado por diversos medios de comunicación europeos como “un gesto político que plasma de forma oficial algo que el Vaticano ya tenía asumido: durante su visita del pasado mes de mayo a Tierra Santa, el papa Francisco siempre se refirió al ‘Estado palestino’, aun a sabiendas de que la expresión supone un desaire diplomático a Israel”, señala un reportaje del diario El País de España.

Por su parte, BBC Mundo, el portal de noticias en español que pertenece a la BBC de Londres, señala que Israel ha expresado su desacuerdo con la decisión vaticana. Se unen al desacuerdo israelí “los defensores más ‘duros’ de Israel en el Congreso de Estados Unidos”, quienes levantaron la voz pidiendo al pontífice romano “evite la política”, informa una nota de la Agencia France-Presse. 

La anterior nota hace públicas las declaraciones que al respecto hizo el diputado republicano Jeff Duncan, un bautista sureño que ha manifestado su abierto apoyo a la existencia y defensa del Estado judío: “Es interesante que el Vaticano se haya hecho tan político cuando ultimadamente debería estar trabajando por guiar a la gente hacia Jesucristo y la salvación; y eso es lo que la Iglesia debería hacer”, declaró el legislador estadounidense. 

Ted Franks, otro bautista y diputado republicano de Arizona, expresó en los siguientes términos su opinión sobre el Papa y sobre este espinoso tema: “Es una figura religiosa y tiene todo derecho a su punto de vista político, pero alguien de ese perfil debiera tener una fuerte estructura en las escrituras para cualesquier posición que desee tomar”. 

De todos es sabido que Estados Unidos no es la única nación del mundo que desconoce a Palestina como Estado independiente. Lo desconoce también la Unión Europea (UE), quien manifestó, en 2010, que reconocería al Estado Palestino cuando llegase “el momento oportuno”.  Mientras ese momento llega, la UE adopta la misma visión de Estados Unidos, en el sentido “de que sólo puede surgir un país independiente a través de negociaciones con Israel, y no por un proceso de reconocimiento unilateral”. Lo anterior no significa que todos los países europeos desconozcan a Palestina como Estado libre e independiente: lo reconocen Malta, Chipre y Suecia.

Por razones obvias, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) saludó con beneplácito la iniciativa de la sede papal: "En nombre del liderazgo y pueblo palestino, damos la bienvenida al reconocimiento del Vaticano al Estado de Palestina como una genuina contribución a la paz y la justicia, señaló el pasado miércoles Hanan Ashrawi, miembro del Comité de la OLP, en un comunicado.

Puede estar usted completamente seguro, estimado lector, que las reacciones, críticas y comentarios por la nueva apuesta vaticana seguirán apareciendo en los medios de comunicación nacionales e internacionales. Algunas personas van a elogiar el quehacer diplomático del papa, señalando que pretende abonar a la “solución” de uno de los conflictos más preocupantes y antiguos del Medio Oriente. Otras voces criticarán severamente su postura e injerencia en asuntos de carácter estrictamente político, actividad que Jesucristo soslayó mientras cumplió en esta tierra su misión, centrando toda su atención en los asuntos espirituales que el Señor Dios le encomendó, en los cuales –dijo– me conviene estar. 

@armayacastro


martes, 5 de mayo de 2015

INTOLERANCIA RELIGIOSA, UN MAL QUE SE NIEGA A DESAPARECER

Por Armando Maya Castro

La intolerancia religiosa ha tenido presencia en el mundo desde los tiempos más antiguos hasta nuestros días. Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que se trata de un mal que no es característico de la era cristiana, tomando en cuenta que las manifestaciones de odio por motivos religiosos son anteriores al nacimiento de Cristo.

Aunque existen evidencias de que algunas religiones anteriores al cristianismo cometieron actos de intolerancia religiosa, en esta columna me referiré a las prácticas fanáticas que se cometieron a partir del Edicto de Milán, expedido por el emperador Constantino en 313 d. C.

Es importante aclarar primeramente que el origen del cristianismo se sitúa en el momento en que Jesús de Nazaret comenzó su ministerio en Palestina, luego de que Juan lo bautizara en las aguas del río Jordán, para cumplir –dijo– toda justicia. Desde entonces comenzó la conquista de almas mediante la verdad que el Padre dio a Jesucristo su Hijo muy amado, para que persuadiera a los corazones sin necesidad de emplear la fuerza, la presión o la amenaza.

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”, decía el Señor Jesús a los judíos que le oían, demostrando con ello total respeto a la voluntad de sus congéneres. Así que, quienes le seguían, lo hacían porque tenían voluntad de seguirle, no porque el Señor Jesús los obligara a ir en pos de él utilizando métodos intolerantes.

Las cosas cambiaron en los siglos posteriores, específicamente en el siglo IV, que es el siglo en que el emperador Constantino proclamó el Edicto de Milán (313), dando absoluta tolerancia al “cristianismo” y restituyendo a la Iglesia los bienes que el Imperio romano le había confiscado para satisfacer las demandas de la antigua religión romana. El historiador Daniel Olmedo enumera los favores que Constantino otorgó a la naciente Iglesia, comprometida más con las autoridades del Imperio que con el Señor Jesucristo: exención de cargos civiles a los clérigos, en el 313; a los templos, el derecho a heredar; a los obispos, reconocimiento oficial de jurisdicción aun en el foro civil en el 318 (Daniel Olmedo, Historia de la Iglesia Católica, Porrúa, México, 1991, p. 112).

¿Cómo borró Constantino del Imperio a la antigua religión romana? José Natividad Rosales nos recuerda las intolerantes indicaciones del emperador para suprimirla: “Cese toda superstición. Sea abolida la locura del culto pagano y todos aquellos que osen desobedecer esta orden y todavía celebren sacrificios, que sean castigados según las penas que la ley establece”. O también: “Queremos que todos renuncien a ejercitar el culto pagano. Si hubiese alguno que desobedeciese, que sea castigado por la espada vengadora” (José Natividad Rosales, Misión Secreta en el Vaticano, Libro Mex Editores, México, 1960, p. 300).

Se inauguraba así la intolerancia religiosa practicada por la iglesia romana, la cual alcanzó su punto culminante en la Edad Media, que es también la edad del oscurantismo, en la que el papado estableció la llamada santa inquisición e inauguró las cruzadas, expediciones militares que se realizaron –al menos la primera de ellas– al grito de “Dios lo quiere”.

La inquisición y las cruzadas son dos de las instituciones más horrendas del papado; se establecieron con el propósito de preservar el poder político y económico de la Iglesia a través del monopolio de la religión, argumentando que todo, absolutamente todo, se hacía para defender la fe de los fieles del virus de la herejía.

Lamentablemente la intolerancia religiosa sigue presente en nuestro tiempo, y ahora afecta, en varios países islámicos, a la institución que la practicó por mucho tiempo en las naciones de mayoría católica. En muchos de estos países se niega a católicos y protestantes el derecho de profesar públicamente su religión, algo que es inadmisible en un tiempo como el actual, en que, por las leyes vigentes en cada nación, y por los tratados internacionales en materia de derechos humanos, debería aumentar el diálogo y la sensibilidad al respeto de las creencias religiosas.

Lamentablemente esto no es así, y existen episodios de intolerancia religiosa dignos de nuestra más enérgica condena: la reciente masacre ocurrida el pasado 2 de abril en la Universidad de Garissa, en Kenia, donde 147 personas fueron muertas y 79 heridas. Ese día, la milicia islámica Al-Shabbab atacó a las víctimas por sus creencias religiosas: a los musulmanes se les liberó, mientras que los cristianos fueron asesinados brutalmente. Lo ocurrido en Kenia es grave, pero lo que pasa en esa nación no se compara con lo que sucede en Nigeria, el país más letal en materia de intolerancia religiosa, gracias a las acciones criminales de la organización terrorista Boko Haram.

Los seres humanos esperamos que las autoridades de los países que no han logrado erradicar la intolerancia religiosa adopten medidas efectivas para ayudar a las víctimas de este terrible mal, y para poner fin a los actos irracionales de odio e intolerancia religiosa.

Twitter: @armayacastro

Publicado en El Mexicano el martes 5 de mayo de 2015

http://www.el-mexicano.com.mx/informacion/editoriales/3/16/editorial/2015/05/05/849102/en-plan-reflexivo