sábado, 28 de marzo de 2015

VISITA DEL PAPA A TURÍN: LA SÍNDONE Y LOS VALDENSES

Por Armando Maya Castro
La llamada Sábana Santa ha sido objeto de polémica por siglos

Francisco será el primer papa de la historia en ingresar a una iglesia valdense; lo hará el próximo 22 de junio en Turín, donde también visitará la llamada "Sábana Santa", un lienzo de lino que mide 436 centímetros de largo por 113 de ancho, y que según la tradición envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret después de la crucifixión.

La prueba del carbono 14, practicada por un grupo de arqueólogos en 1988, prueba que el Manto de Turín no pudo estar en la tumba de Cristo en el siglo I, pues data del medievo, específicamente de entre los siglos XIII y XIV, que fue, justamente, la época en que el negocio de las reliquias estaba en su apogeo.

Javier Martínez-Pinna, en su obra Grandes tesoros ocultos, se refiere a la Síndone, como se conoce también al lienzo, en los siguientes términos: "La polémica que rodea este objeto ha provocado un encendido debate entre aquellos que lo consideran una prueba irrefutable de la existencia y divinidad de Cristo, y los que no ven en ella más que un simple fraude cuya antigüedad no superaría los setecientos años".

El pasado mes de octubre, el investigador y escritor británico, Charles Freeman, aseguró en History Today, una revista londinense especializada en historia, que la Sábana Santa “es falsa sin lugar a dudas”. Para demostrarlo, menciona la datación por radiocarbono ya mencionada, además de señalar que no es posible encontrar mención del manto antes del año 1355, lo que resulta extraño para un artículo de tanta importancia. Freeman sostiene, asimismo, que existen evidencias de que el sudario ha sido alterado a través del tiempo, y que fue utilizado durante rituales en la pascua del medievo: “Es increíble, pero pocos investigadores parecen haberse dado cuenta de que la Síndone era muy distinta en los siglos XVI y XVII al objeto que vemos hoy día”, indicó el historiador. 

A pesar de que la sábana ha sido objeto de polémica por siglos, el papa la venerará en su viaje a Turín, donde también visitará, el 22 de junio, un templo de los valdenses. Para entender por qué se le ha dado tanta importancia a la noticia de que Jorge Mario Bergoglio será el primer pontífice romano en visitarlos, es importante ver quiénes fueron los valdenses. En el pontificado de Alejandro III, un comerciante francés llamado Pedro Valdo (1140-1206) se opuso a la autoridad jerárquica de la Iglesia católica, a las indulgencias, al ayuno y a la invocación de los santos. Estas doctrinas provocaron la animadversión de la Iglesia romana contra ellos, lo que obligó a los valdenses a acudir al papa, "reunido con su concilio en Letrán", al que le "explicaron sus sencillos propósitos", señala José Grau en su obra Catolicismo Romano: Orígenes y Desarrollo. El papa negó a los valdenses lo único que pedían: el derecho a predicar. Tras esta intolerante negativa, los discípulos de Valdo fueron "perseguidos como bestias feroces, entregados a los más horribles suplicios u obligados a dejar Lyon", asevera Mauricio de la Chàtre en su Historia de los Papas y los Reyes.

La violencia contra ellos y la pena de excomunión del papa Lucio III no frenó el trabajo de difusión de los valdenses por toda Europa. Estas persecuciones se prolongaron tanto que, hasta en 1487, Inocencio VIII se ocupaba en organizar una cruzada contra los valdenses del Delfinado y Saboya: “Corred a las armas y pisotead a los herejes como a áspides venenosos”, ordenaba la bula papal. 

No se trata de denigrar a la Iglesia católica, sino de presentar hechos históricos que probablemente el papa reconocerá en su estancia en Turín. Lo digo porque Juan Pablo II hizo algo similar con los husitas, planteando la posibilidad de rehabilitar a Juan Hus, luego de reconocer que fue excesivo el castigo a la hoguera que el Concilio de Constanza le impuso el 6 de julio de 1415. Si no se da tal reconocimiento y Bergoglio se limita a presentar su visita a los valdenses como un gesto auténticamente ecuménico, orientado al diálogo y a la relación fraterna, ahí está la historia, que seguirá denunciando la intolerancia que los católicos desplegaron en el pasado contra los valdenses y otras minorías religiosas.

Publicado en el diario El Occidental, el 28 de marzo de 2015





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