sábado, 30 de agosto de 2014

ALARMANTE GRADO DE IMPUNIDAD

Por Armando Maya Castro
En materia de trata de personas, el grado de impunidad en nuestro país es verdaderamente alarmante

Las acciones internacionales contra el delito de trata de personas buscan prevenir y combatir este delito; procuran, asimismo, proteger y socorrer a las víctimas de trata, al tiempo de promover la cooperación entre los Estados para lograr la erradicación de esta arraigada práctica criminal. 

A pesar del despliegue de estas importantes acciones, y de que el artículo cuarto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, prohíbe terminantemente la esclavitud y la trata de esclavos, la trata de personas se encuentra presente en todos los estados de la República mexicana. 

Lo anterior información fue dada a conocer el pasado miércoles 27 de agosto por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), quien reconoció, a través del diagnóstico “La Situación de la Trata de Personas en México”, que –como en muchos otros delitos– el grado de impunidad en la materia es verdaderamente alarmante.  

En el reporte antes mencionado, la CNDH "detalló que del 2009 al primer semestre del 2014, de las 2 mil 105 averiguaciones previas registradas, tan sólo 756 derivaron en una consignación ante un juez y en 152 hubo sentencias condenatorias".

El estudio de la CNDH, la principal entidad gubernamental encargada de promover y proteger los derechos humanos en México, indica que de las víctimas identificadas en todo el país, el 82.9% son del sexo femenino y 13.7% del masculino. 

Respecto a la edad de las personas objeto de trata, el reporte en cuestión reveló que el 42.1% de las víctimas reportadas son adultas y 39.8% son menores de edad; en 18.1% de los casos no fue posible determinar su edad. 

Otros pormenores del informe revelan que la mayor parte de las víctimas de trata en el periodo de referencia son mexicanas (77.5%), el 15.4% son extranjeras y en el 7.1 de los casos se ignora la nacionalidad (El Universal, 27 de agosto de 2014).

Las cifras del diagnóstico en comento obligan a las autoridades de los tres niveles de gobierno a multiplicar las acciones en contra de los grupos criminales que se dedican al “reclutamiento, transporte, traslado, acogida o recepción de personas a través del uso de la fuerza, el engaño u otros medios con el fin de explotarla”.  

Aunque es complicado acabar con lo que se ha dado en llamar el segundo negocio más rentable después del narco, las autoridades tienen el deber de seguir combatiendo la trata de personas, uno de los delitos más vergonzosos de nuestro tiempo, que priva de su dignidad y libertad a millones de personas, principalmente a las mujeres menores de edad.

Es importante que se combata a fondo la corrupción e impunidad de las autoridades coludidas, que brindan protección a los grupos delincuenciales que operan a lo largo y ancho del territorio mexicano, obteniendo una ganancia ilícita de 42 millones de dólares con la explotación de 70 mil víctimas. Asimismo, se debe identificar y detener a las familias con las que 47 grupos criminales han tejido alianzas en el estado de Tlaxcala (Excélsior, 30 de julio de 2014). 

No está por demás recordar que el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe la esclavitud en los siguientes términos: “Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes”.

Entiendo que esta ley por sí sola no puede poner fin a las acciones criminales de los grupos que pasan por encima de las leyes, tratados internacionales y derechos humanos de las víctimas, a las cuales utilizan para trabajos en el campo, trabajo doméstico, mendicidad, servidumbre, extracción de órganos, comercio sexual o prostitución. 

Es necesario hacer valer los tratados internacionales, así como el artículo 1° constitucional, si es que se pretende comenzar a debilitar las estructuras de las redes dedicadas a la trata de personas, la forma de esclavitud más extendida hoy en día.  


Twitter: @armayacastro


jueves, 21 de agosto de 2014

ABONAR A LA PAZ Y NO A LA GUERRA

Por Armando Maya castro
¿Justifica el SOS de los católicos en Iraq una postura opuesta a la norma comportamiento que estableció Jesucristo y que indica cómo actuar en caso de recibir alguna agresión por causa de su fe?

Diversos reacciones ha generado la postura del papa Francisco respecto al uso de la violencia para poner fin a la persecución perpetrada por extremistas del Estado Islámico (EI) en contra de las minorías religiosas establecidas en Iraq, entre las que figuran algunos grupos cristianos. 

Otras voces católicas, interesadas en terminar con la intolerancia religiosa que predomina en ese país del suroeste de Asia, han hecho insistentes llamados en el mismo sentido. Johannes Heereman, presidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, pidió a la comunidad internacional reaccionar con decisión a fin de proteger a la minoría cristiana en Iraq, “si no queremos ser testigos mudos de las últimas líneas de la historia de la cristiandad en el país”.

Al aprobar los bombardeos contra las posiciones del grupo yihadista Estado Islámico, la Iglesia católica rompe con su discurso pacifista de las últimas décadas. Lo rompe a pesar de que con dicho discurso busca proteger las minorías religiosas iraquíes perseguidas, particularmente las de corte cristiano,

Aunque la situación provocada por la violencia yihadista en Iraq es preocupante y dramática, nada justifica que el pontífice romano y demás clérigos del catolicismo invoquen la violencia para resolver un caso de intolerancia religiosa. No hay que olvidar que, hoy y siempre, la violencia genera violencia, y quien la invoca para solucionar un caso de violencia, envía un mensaje completamente errado.  

Por ello, diversos analistas han criticado la postura papal. Uno de ellos es Leopoldo Mendívil, quien calificó como “durísimo, gravísimo el vuelco dado por la Iglesia que Su Santidad tiene bajo su custodia y en la que, desde hace mucho tiempo, habían desaparecido las guerras; incluidas las santas” (Crónica, 20 de agosto de 2014).

La postura de la Iglesia católica no nos sorprendería si nos hubiera tocado vivir en la Edad Media, pues en ese tiempo, específicamente en el siglo XI, el romanismo decretó que "la guerra por causa de la fe no sólo era justa y santa, sino necesaria para imponer el triunfo del cristianismo y erradicar tanto al Islam como a los herejes que se desviaban de la doctrina y del dogma fijados en los concilios”, apunta José Luis Corral en su obra Breve historia de la Orden del Temple

Son muchas las llamadas guerras santas que figuran en la historia de la Iglesia católica, pero mencionaré sólo algunas: las ocho cruzadas contra el Islam, acaecidas entre 1095 y 1291; las ocho guerras acontecidas entre 1562 y 1598, conocidas con el nombre de guerras de religión de Francia; y la guerra cristera en México, “conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1929 entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistían la aplicación de legislación y políticas públicas…”. No hay que olvidar que a lo largo de esos tres dolorosos años, los cristeros asesinaban al grito de ¡Viva Cristo Rey!

Desde que el catolicismo fue declarado religión oficial del Imperio Romano, la Iglesia católica se olvidó del mandamiento bíblico “no matarás”; también olvidó el ejemplo y doctrina de nuestro Señor Jesucristo, quien en el desempeño de su ministerio estableció una norma de comportamiento que indica a los cristianos cómo reaccionar en caso de recibir alguna agresión por causa de su fe: "…a cualquiera que te hiera la mejilla derecha, vuélvele también la otra…" (Mateo 5-38-42). 

Esta enseñanza cristiana se opone de manera radical al ojo por ojo y diente por diente que enseñaba la antigua ley de Moisés, abolida en el momento en que Jesucristo ofrendó su vida por amor a las almas que vivían separadas de la comunión de Dios.  

El Señor Jesús enseñó esta norma y la practicó.  Así lo demostró cuando vivió entre los hombres, siendo testigos de su mansedumbre y humilde comportamiento sus apóstoles. Observe usted lo que Pedro escribió sobre la vida de Jesucristo en su primera epístola: “Quien cuando le maldecían, no retornaba maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23). 

El proceder de los apóstoles fue como el de Jesús de Nazaret, sin un ápice de violencia. Así lo consigna el evangelista Lucas, autor del libro Hechos de los Apóstoles, al relatar que, tras ser azotados por los judíos, los apóstoles Pedro y Juan salieron de la presencia del concilio “gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hechos 5:41).  

Esto no significa que las iglesias deban permanecer estáticas cuando se violentan los derechos y libertades de sus miembros. Deben actuar, sí; pero deben hacerlo en el marco de la ley, exigiendo que se respete la libertad religiosa, un derecho fundamental que otorga a los seres humanos la opción de elegir libremente su religión, o de no elegir ninguna. 

El mundo de hoy, convulsionado por guerras irracionales y conflictos absurdos, necesita paz. Si lo sabemos, no tenemos más alternativa que abonar a la paz y tranquilidad.


Publicado en El Occidental, el jueves 21 de agosto de 2014



miércoles, 20 de agosto de 2014

EL ÉXITO DE LA SANTA CONVOCACIÓN

Por Armando Maya Castro

La Santa Convocación 2014 concluyó un día después de la conmemoración de la Santa Cena, solemnidad que los integrantes de la Iglesia La Luz del Mundo celebraron con profunda devoción y evidente espiritualidad el pasado 14 de agosto. Con esta celebración, los miembros de esta Asociación Religiosa cumplieron el mandamiento que Jesucristo dio a sus apóstoles la noche que fue entregado.

Respecto a este mandamiento, el apóstol Pablo explicó a la Iglesia que en aquel tiempo se hallaba establecida en la ciudad de Corinto, capital de la entonces provincia romana de Acaya, situada en el extremo sur de Grecia: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí». Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga»”. 

Hoy, como en la primera dispensación apostólica, participar dignamente del pan y de la copa de bendición es proclamar la muerte de Cristo; es anunciar a los hombres el sacrificio redentor del Hijo de Dios, un acto de amor supremo, realizado con el propósito de lograr la comunión entre Dios y las almas que vivían separadas de Él por causa del pecado.

La noche del pasado 14 de agosto, el Apóstol de Jesucristo hermano Samuel Joaquín Flores cumplió puntualmente el mandamiento que el Hijo de Dios dio a sus apóstoles. Lo cumplió al bendecir con potestad apostólica el pan y el vino, elementos que permitieron a los invitados a la Mesa del Señor renovar su comunión espiritual, recibiendo la fortaleza anhelada, así como los demás beneficios que la Santa Cena proporciona a las almas.

A cuatro días de la finalización de esta celebración de atracción nacional e internacional, se puede asegurar que el balance de la Santa Convocación es altamente satisfactorio en expectativas, organización, número de asistentes (cerca de 350 mil fieles de 45 naciones), cobertura mediática, etcétera. 

Como en las santas convocaciones pasadas, la reciente celebración resultó ser todo un éxito. Así lo han consignado los medios de comunicación que dieron cobertura a la Santa Convocación, uno de los eventos religiosos de mayor interés periodístico y con mayor poder de convocatoria en América Latina. 

Ante el éxito y saldo positivo del evento, es justo reconocer la eficiente organización de la celebración, cuyo principal mérito es del director internacional de la Iglesia La Luz del Mundo, un hombre con 50 años de experiencia en la exitosa organización de santas cenas, lo mismo en la ciudad de Guadalajara que en varios estados de la República Mexicana, así como en muchos países de América, Europa y Oceanía. 

Mi anterior afirmación no intenta desconocer las acciones y esfuerzos de los integrantes del Cuerpo Ministerial, quienes apoyaron con su trabajo, dedicación y esfuerzo las acciones de logística realizadas por el Consejo de Obispos, las Jurisdicciones, Direcciones, Ministerios y Comisiones de la Iglesia. Tampoco intenta desconocer el meritorio trabajo de los casi 17 mil voluntarios que apoyaron en forma desinteresada las diversas actividades de la celebración, sino que se reconozca la destacada labor del Apóstol de Dios, quien hizo posible que la organización del evento haya funcionado como un auténtico reloj suizo, por la eficiencia, precisión y grado de coordinación entre las instancias antes mencionadas.

Gracias a esta impecable labor de coordinación, los invitados del apóstol de Jesucristo disfrutaron de la festividad y tuvieron una estancia feliz en las diversas sedes del evento, beneficiándose con todo lo que ofrece la Santa Convocación: presencia apostólica, estudios bíblicos, convivencia fraternal y oficios sagrados, sobresaliendo entre éstos últimos la Santa Cena, una celebración que cumplió con creces el propósito espiritual para el cual fue instituida.

jueves, 14 de agosto de 2014

LA SANTA CENA, UNA SOLEMNIDAD ESPERADA

Por Armando Maya Castro

La tarde-noche de este día, más de 300 mil fieles de la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad La Luz del Mundo participarán de la Santa Cena, una celebración que ha sido ansiosamente esperada por los asistentes a la Santa Convocación 2014, así como por cientos de miles de miembros de esta comunidad que, por distintos motivos y circunstancias, no pudieron viajar a la colonia Hermosa Provincia de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

La actividad de esta tarde comenzará con el servicio de adoración más especial del año, al término del cual la autoridad apostólica bendecirá el pan y el vino y lo pondrá en las manos de los ministros que han sido autorizados para administrar los sacramentos a los fieles de la Iglesia. Serán ellos quienes impartirán los elementos bendecidos a los hombres y mujeres que el Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores invitó a la Santa Convocación, la festividad más solemne de esta Asociación Religiosa.

Los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo, conscientes de lo que implica participar de la Santa Cena, se han preparado espiritualmente con muchas semanas de anticipación. Los pastores de las iglesias dispersas por todo el mundo instruyeron en tiempo y forma a los fieles que el Apóstol de Dios ha puesto bajo su cuidado, proporcionándoles edificantes consejos, y disponiendo en sus congregaciones actividades como consagraciones, reconciliaciones, avivamientos, etcétera. El propósito de todas y cada una de estas acciones: lograr la preparación espiritual deseada para ser dignos participantes de la Mesa del Señor.

La epístola apostólica, fechada el 21 de julio de 2014, contribuyó de manera importante a la preparación espiritual del Cuerpo de Cristo. En esa carta, el Enviado de Dios demandó de las familias esparcidas por el mundo un esfuerzo para que en cada hogar cristiano resplandezca la elección, lo que implica un comportamiento digno e íntegro, a la altura de las expectativas de Dios.

Desde antes de viajar a Guadalajara, los convidados a la Santa Cena se propusieron cumplir la voluntad de Dios expresada en las Sagradas Escrituras y en la reciente carta del Apóstol de Jesucristo, procurando que en sus vidas resplandeciese la elección. Su comportamiento en la ciudad de Guadalajara ha sido en la misma dirección, siendo ayudados por los edificantes consejos que se han impartido en las diversas sedes del evento.

Con la llegada del 14 de agosto crece la alegría y el fervor espiritual se incrementa. Estas experiencias, acompañadas de la reflexión, de la necesidad de perdón, y del arrepentimiento, le dan al día de hoy un sabor único e inigualable. ¿Pero, cuál es la razón de ese regocijo, de esas vivencias, de esas emociones? El júbilo no lo produce la reunión multitudinaria que tendrá lugar la tarde de hoy en las sedes del evento, tampoco la bella decoración del templo sede internacional, sino la paz espiritual que la oración de misericordia proporcionará a los creyentes.

La Cena de hoy será de recuerdos, de remembranzas, pero también de vivencias. Cristo será recordado esta noche, pero también estará presente en la reunión, impartiendo bendiciones espirituales a raudal. Y es que la solemnidad de este día, más que apuntar a lo histórico, es la fiesta del ahora, en donde no sólo se evocan los logros de Cristo en la cruz, sino que se disfruta de su presencia y de las bendiciones prometidas.

En el artículo de hoy vuelvo a plantear la pregunta de años anteriores: “¿De qué serviría que se evocara lo realizado por Cristo en el siglo I de nuestra Era, si en nuestros días no se obtuviera de aquel sacrificio ningún beneficio espiritual?”  Por ello repito: la Santa Cena es mucho más que remembranzas; es disfrutar esos beneficios y participar de la fortaleza que el Pan de Vida proporciona a las almas.

La razón por la que los fieles de la Iglesia le conceden tanta importancia a la Santa Cena se debe a que el Señor Jesucristo la instituyó y la ordenó con autoridad divina. Se le da también especial valor porque es un acto sublime, que posibilita la comunión con Dios y la comunión de los fieles entre sí. Así lo enseñó el Apóstol San Pablo cuando dijo a la Iglesia establecida en la ciudad de Corinto: “Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” (1ª Corintios 10:17).

Al participar de los elementos bendecidos con potestad apostólica, los fieles de la Iglesia renovarán sus fuerzas y proclamarán una vez más su gloriosa fe en Jesucristo, el Ser que murió para unir a las familias en torno a los altos valores del Evangelio: amor, fe, paz y fraternidad.


Twitter: @armayacastro

martes, 12 de agosto de 2014

LA CUMBRE ANUAL DE LA FRATERNIDAD

Por Armando Maya Castro
En un ambiente de fraternidad conviven los invitados del Apóstol de Jesucristo a la Santa Convocación (Foto: Efraín Gerardo Santana)

Con la celebración de la Santa Convocación 2014, la colonia Hermosa Provincia de la ciudad de Guadalajara, Jalisco vuelve a ser la atracción del mundo, específicamente de los miembros de la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad La Luz del Mundo, esparcidos por los cinco continentes.

Situada al oriente de la Zona Metropolitana de Guadalajara, la Hermosa Provincia es, desde su fundación en 1955, tierra deseada por quienes han aceptado el Evangelio que procede del cielo y que tiene poder para transformar integralmente a los seres humanos, mostrándoles un camino seguro a la vida eterna.

Hermosa Provincia, donde se levanta imponente el templo sede internacional de la Iglesia La Luz del Mundo, es tierra deseada por la totalidad de los miembros de esta Asociación Religiosa. La aman los más de 300 mil fieles que están presentes en la Santa Convocación 2014, así como los cientos de miles de hermanos que no pudieron viajar a La Perla de Occidente para participar en las actividades y celebraciones del evento más atrayente de esta Iglesia.

En estos días, todos los miembros de esta comunidad religiosa quisieran estar presentes en Hermosa Provincia; quisieran estar en esa colonia guadalajarense para poder disfrutar de las bendiciones que descienden sobre los hombres y mujeres que fueron invitados a la festividad religiosa que reúne en un mismo espacio a la familia de la fe, conformada por quienes han aceptado el ministerio que la Elección de Dios le confirió al Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores.

El viaje a la ciudad de Guadalajara es un acto voluntario y auténticamente religioso. No interviene en el mismo la fuerza ni la presión de quienes pastorean a las almas, sino la fe de los creyentes, esa virtud que es capaz de traer a quienes viven en las distantes tierras del oriente y occidente, del norte y del sur.

Aunque la Santa Cena se ha celebrado en distintas e importantes metrópolis del planeta, es en la colonia Hermosa Provincia de Guadalajara donde se han efectuado más santas cenas que en ninguna otra parte del mundo. Entiendo que lo sobresaliente de este dato no es el número de celebraciones en esta ciudad, sino que en cada una de ellas ha hecho acto de presencia el Creador del universo, manifestándose gloriosa e imponentemente a través de su Enviado.

Las personas que alguna vez han asistido a la fiesta más solemne de La Luz del Mundo saben que los días en Hermosa Provincia transcurren en paz y en completa felicidad; saben, asimismo, que las bendiciones que emanan de esta celebración son especiales y les permiten elevarse a una esfera mística y gloriosa, que los lleva a olvidar temporalmente todo lo que dejaron en sus lugares de origen. Para todos ellos, y para quienes jamás han realizado este viaje a la ciudad de Guadalajara, la Santa Convocación no es una fiesta más, es la festividad de la convivencia, del encuentro, del amor.

La armonía que reina entre mujeres y hombres de miles de pueblos y ciudades de 45 países presentes en la ciudad de Guadalajara me permite asegurar que la Santa Convocación es un espacio de fraternidad y convivencia cristiana, un espacio donde no existen diferencias de raza, color, sexo, idioma o de cualquier otra condición. El mensaje de esta fiesta es de paz para un mundo convulsionado por guerras absurdas y conflictos irracionales. Por ello me atrevo a afirmar, sin miedo a equivocarme, que la Santa Convocación es la cumbre de la fraternidad, la apoteosis del verdadero y único cristianismo.


Twitter; @armayacastro


domingo, 10 de agosto de 2014

EL TEMPLO EN LA SANTA CONVOCACIÓN

Por Armando Maya Castro
Toma aérea del templo sede internacional de la Iglesia La Luz del Mundo durante la Santa Cena

Desde hace varias décadas, la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad La Luz del Mundo se ha distinguido por edificar hermosos santuarios a la gloria de Dios; el más espacioso de todos ellos es el majestuoso templo sede internacional de esta Asociación Religiosa, ubicado al oriente de la Zona Metropolitana de Guadalajara.


Se trata de un santuario que impresiona a propios y extraños, poseedor de una arquitectura moderna, y ganador de algunos premios arquitectónicos, entre ellos el “Premio Nacional de Arquitectura”. Mide 83 metros de altura y tiene capacidad para albergar a 12 mil 500 personas cómodamente sentadas.



El templo que se levanta regio e imponente en la colonia Hermosa Provincia de La Perla de Occidente fue diseñado por el arquitecto Leopoldo Fernández Font, egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. Es importante destacar que la iniciativa y el deseo de su edificación nacieron en el corazón del apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores, quien buscó –al construirlo con el apoyo decidido e incondicional de la comunidad– que el Creador del universo tuviera en Guadalajara un lugar digno de su gloria, de su grandeza, de su divinidad.



El apóstol de Dios procuró que esta espectacular obra arquitectónica respondiera a las necesidades de espacio que se presentaban en los eventos multitudinarios de la Iglesia La Luz del Mundo, entre ellos la Santa Convocación con su innegable poder de convocatoria.



La construcción del templo se realizó entre los años 1982 y 1990. La ceremonia de colocación de la primera piedra se efectuó el 3 de julio de 1983, siendo presidida con evidente fervor por el hermano Samuel Joaquín. El 9 de agosto de 1991, el Enviado de Dios presidió la ceremonia de inauguración de dicho santuario, contando con la presencia de miles de ministros y de cientos de miles de hermanos que ese año viajaron a Guadalajara para participar de la Santa Cena.



En este templo, que ha sido tema de decenas de artículos de periódicos y revistas, los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo tendrán sus principales celebraciones durante el desarrollo de la Santa Convocación 2014. Me refiero, claro está, a las ceremonias de Bienvenida, Santa Cena y Despedida, así como a los demás cultos que forman parte de las actividades correspondientes a este magno evento.



La Dirección del Ceremonial, responsable del embellecimiento de los espacios dedicados al culto y a la enseñanza cristiana, ha realizado un trabajo loable en lo que respecta a la decoración de esta Casa de Oración. Ha hecho lo propio en los templos de las demás sedes, en donde los cientos de miles de invitados del apóstol de Dios continúan siendo edificados con los consejos impartidos por ministros y maestros de la Iglesia, además de consagrarse para recibir con devoción y respeto la Santa Cena, la celebración que recrea la última Cena de Jesucristo con sus apóstoles, la que ofrece a las almas la oportunidad de alcanzar la comunión con Dios.



Twitter: armayacastro


jueves, 7 de agosto de 2014

COMO LA LUZ DE LA AURORA

Por Armando Maya Castro

“Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 2:47). Con estas palabras, Lucas el evangelista describe el trabajo de evangelización que realizaban los apóstoles en la Iglesia primitiva, cumpliendo así la ordenanza expresada por Jesucristo antes de ascender al cielo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).

Esta labor de predicación diaria y de sincero amor por las almas logró que la Iglesia de Dios creciera vertiginosamente en la vigencia de la primera dispensación apostólica, manifestada a miles las almas en el siglo primero de nuestra era. El siguiente texto bíblico es particularmente elocuente respecto al crecimiento que la Iglesia alcanzó a través del poder persuasivo de la palabra apostólica: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41). 

En el tiempo actual, que es el tiempo de la restauración, esa misma Iglesia sigue creciendo como la luz de la aurora; crece por el poder de la palabra revelada, como sucedió en el tiempo de la Iglesia instaurada. Hablamos de un crecimiento real, no ficticio; un crecimiento que puede ser testificado por quienes pertenecen a la Iglesia La Luz del Mundo, pues la mayoría de ellos, en todos y cada uno de los países donde esta Asociación Religiosa tiene presencia, ha contribuido con su testimonio y predicación a la expansión del Evangelio.

Ante las afirmaciones de crecimiento por parte de la Iglesia La Luz del Mundo puede haber personas ajenas a la comunidad que se formulen las siguientes preguntas: ¿por qué si el crecimiento de este pueblo es real no asiste un mayor número de hermanos a la Santa Convocación? ¿Por qué desde hace varios años únicamente vienen a Guadalajara 300 mil miembros de esta comunidad religiosa? 

El apóstol de Jesucristo doctor Samuel Joaquín Flores es un hombre que conoce perfectamente bien la capacidad hospitalaria de las iglesias esparcidas en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Con base en ello, convoca únicamente al número de familias que pueden ser albergadas por los hermanos que viven en esta ciudad, no más.

El que cada año asistan a la Santa Convocación poco más de 300 mil fieles no significa que la Iglesia La Luz del Mundo haya dejado de crecer. Significa que la dirige un hombre responsable, que convoca únicamente a la cantidad de hermanos que pueden recibir hospedaje digno durante su estancia en esta ciudad. 

¿Y qué sucede con quienes no asisten a esta festividad? ¿Cómo se unen los que no vinieron al regocijo espiritual de quienes están aquí porque su situación económica les permitió asistir a la solemnidad más importante de La Luz del Mundo? Los ausentes, que es el número más elevado de fieles de esta institución, no están privados del ambiente de fiesta que reina en Hermosa Provincia. Todos ellos, desde el más cercano hasta el más lejano, reciben los beneficios de la oración apostólica, además de estar al tanto de los pormenores de la festividad, recibiendo a través del Internet las enseñanzas que a partir de hoy se impartirán en todas las sedes del evento. 

Desde hace algún tiempo, las redes sociales juegan un papel importantísimo en la comunicación que se da entre los miembros de la comunidad en los días de la festividad. A través de ellas, los presentes y los ausentes interactúan entre sí, compartiendo enseñanzas, experiencias y consejos. Esta comunicación se practica fuera de los horarios de culto, conscientes de que la edificación real se logra a través de la palabra y la oración, elementos que contribuyen a perfeccionar la unidad espiritual del Cuerpo de Cristo, el anhelo más grande de Dios y de los integrantes de la familia de la fe, quienes continuarán preparándose para ser dignos participantes de la Mesa del Señor el próximo 14 de agosto.

Twitter: @armayacastro 

Publicado en la edición impresa de El Occidental el día 7 de agosto de 2014

sábado, 2 de agosto de 2014

¡HASTA GUADALAJARA!

Por Armando Maya Castro
La ciudad de Guadalajara es la capital mundial de la fraternidad; la metrópoli que en breve recibirá a más de 300 mil fieles procedentes de todo el mundo para celebrar la Santa Convocación, la solemnidad más importante de la Iglesia La Luz del Mundo 

La alegría fue el sello de la celebración del inicio del año nuevo espiritual en la Iglesia La Luz del Mundo, quien reunió ayer por la mañana –en un mismo horario y en un mismo sentir– a las iglesias esparcidas en México y el mundo. El objetivo: unir las oraciones de los miles de fieles de la Iglesia universal a la anhelada súplica del apóstol Samuel Joaquín Flores en favor de sus invitados a la Santa Convocación, la fiesta más grande de toda la tierra, la más esperada, la más solemne.

La reunión más concurrida de los miles de cultos que se celebraron la mañana del primero de agosto en distintos puntos del planeta, tuvo lugar en el templo sede internacional de la Iglesia La Luz del Mundo, ubicado en la colonia Hermosa Provincia de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Este encuentro se celebró en un clima fraterno de fiesta espiritual, y sirvió para la meditación, reflexión y análisis de los más de 35 mil fieles congregados en la monumental casa de oración a partir de las nueve de la mañana.

El pastor evangelista Uzziel Joaquín García, uno de los representantes del Apóstol de Jesucristo durante la celebración del inicio del año nuevo espiritual, explicó que la oración del Apóstol de Jesucristo se elevaría no sólo en favor de los hermanos que a partir de ayer comenzaron su peregrinar hacia la ciudad de Guadalajara, sino también en favor de las autoridades e instituciones de los países por donde habrán de transitar los invitados a la Santa Cena. El propósito, explicó, es que las autoridades otorguen las facilidades, permisos y garantías necesarias para que los fieles puedan viajar sin obstáculos ni contratiempos a La Perla de Occidente.

Antes de la presentación de los emisarios del Enviado de Dios, el pastor evangelista José Moreno Carbajal había destacado la importancia y el poder de la oración apostólica, dando testimonio de la forma en que esa súplica ha derribado obstáculos cuando él y otros ministros de la Iglesia han sido enviados a celebrar la Santa Cena en otras naciones de la tierra. Asimismo, invitó a los miembros de la Zona Metropolitana de Guadalajara a practicar la hospitalidad en favor de las familias que han sido invitadas a participar de la Santa Convocación, una celebración que brinda a la feligresía la oportunidad de consolidar sus valores y de fortalecer los lazos fraternos que hermanan a los miembros de esta comunidad.

Consciente de que la Santa Convocación –como todo acto importante y multitudinario– no está exenta de riesgos e impedimentos, el Enviado de Dios no se ha limitado a invocar la ayuda del Altísimo en beneficio de los peregrinos que tienen puesta su mirada en Hermosa Provincia, sino que también ha demandado a los fieles de la Iglesia de Guadalajara velar en oración y ruego las 24 horas del día en favor de sus invitados, para que Dios rompa las ataduras, abra las fronteras y despeje los caminos para el libre transitar de su pueblo a la Santa Convocación.

En respuesta a la demanda apostólica, todas las iglesias de la Zona Metropolitana de Guadalajara, organizadas en grupos por sus respectivos ministros, han comenzado una jornada de oración que habrá de culminar el día que los invitados a la Mesa del Señor hayan llegado sanos y salvos a la Hermosa Provincia, el gozo de toda la tierra, un lugar de bendición y que es considerado capital mundial de la fraternidad.

Esta actividad espiritual la realizarán  con responsabilidad cristiana, sin desatender las diversas actividades materiales que realizan para ultimar los preparativos para la recepción fraterna a los cientos de miles de delegados que en unos cuantos días abarrotarán las calles de varias colonias situadas al oriente de la ciudad de Guadalajara.


Esta jornada ininterrumpida de oración, pero sobre todo la respuesta de Dios a la oración apostólica, cumplirán el deseo que el Apóstol de Jesucristo expresó en su carta de invitación a los fieles esparcidos en los cinco continentes: “Confiando en ver vuestros rostros y sentir la recepción de este evangelio en vuestros corazones, os digo: ¡Hasta Guadalajara!”