miércoles, 26 de febrero de 2014

LA CAPTURA DE "EL CHAPO"

Por Armando Maya Castro

La noticia del mes, y probablemente la del año, es la detención del líder del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, ‘‘El Chapo’’, el famoso narcotraficante que se fugó en enero de 2001 del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, y permaneció 13 años prófugo de la justicia.


En ese lapso, pese a la persecución de las autoridades mexicanas y estadounidenses, el sinaloense logró consolidar su cártel como uno de los imperios más poderosos de México, con ingresos que pueden exceder los 3 mil millones de dólares, indicó Forbes, revista en la que por cuatro años consecutivos figuró entre los hombres más ricos del mundo, al lado de personalidades como Bill Gates o Carlos Slim. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo catapultó como el narcotraficante más poderoso del mundo. Poco después de su detención, el capo negó tener la riqueza que se le atribuye: “no tengo lana, es un leyenda de Forbes”.

La captura de ‘‘El Chapo’’, acaecida el pasado sábado 22 de febrero en Mazatlán, Sinaloa, debe tomarse como lo que es: un acto de desagravio social y un importante logro en la administración del presidente Enrique Peña Nieto, quien ha asegurado que “la aprehensión de uno de los capos más buscados a nivel internacional acredita la eficacia del Estado Mexicano”, pero no debe ser motivo para caer en triunfalismo.

Estoy de acuerdo con las voces que aseguran que esta detención no representa el fin del narcotráfico ni el cese de la ola de violencia que se registra en diversos estados de la República Mexicana. Es probable que en breve se conozca el nombre del sucesor de Guzmán Loera, señalado como el protegido de los ex presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Respecto a este rumor, Fox Quesada señaló: “Son unos tontos los que dicen eso, es claro que es una tontería el hecho de quienes argumentan que fue el presidente Fox el que lo dejó salir o que negoció su salida; nosotros igual que Calderón estuvimos buscando volverlo a encerrar y fue hasta ahora que aflojó el cuerpo y qué bueno que ya está detenido”.

En el afán de poner tras las rejas a El Chapo, el gobierno de México a través de la Procuraduría General de la República, ofreció una recompensa de 30 millones de pesos; las autoridades de Estados Unidos, interesadas también en su captura –y ahora en su extradición a ese país– ofrecieron una recompensa de 7 millones de dólares (Proceso, 12 de marzo de 2012).

Para Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia, la red criminal del Cártel de Sinaloa comenzará a desmantelarse realmente hasta que inicien las detenciones de los políticos que permitieron la operación y expansión del grupo criminal que lideraba Joaquín Guzmán Loera: “Veamos si comenzamos a ver cientos y miles de empresas legales desmanteladas... cuando empiece a haber esas detenciones de políticos y esos desmantelamientos, incautaciones y decomisos de activos reales, voy a ser el primero en aplaudir”, aseguró el experto en temas de seguridad.

La detención de El Chapo le viene bien al gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero para acabar con las acciones criminales de los cárteles de las drogas, el gobierno federal deberá aprovechar la oportunidad de poner al descubierto esa red de protección que permitió que el capo sinaloense se convirtiera en lo que fue hasta hace unos días. El deber de las autoridades es investigar las probables conexiones de los grupos políticos mexicanos con el Cártel de Sinaloa y con las demás bandas organizadas que operan en México. Veremos si la actual administración federal está decidida a resolver el problema del crimen organizado.

Twitter: @armayacastro

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