sábado, 15 de marzo de 2014

AVANCES Y REZAGOS EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS

Por Armando Maya Castro

El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, reconoció las acciones del Gobierno Federal para el fortalecimiento de una mayor cultura de la legalidad y de respeto a los derechos humanos

Con un llamado a los servidores públicos para que defiendan y hagan respetar los derechos humanos, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, expuso el pasado miércoles los avances de su administración en dicha materia. Durante la ceremonia de entrega del informe de trabajo 2013, por parte del titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Jefe del Ejecutivo Federal reconoció la disminución de quejas en materia de violaciones a los derechos humanos, sobre todo por el nuevo enfoque de seguridad que se centra en proteger la integridad física de los ciudadanos.

El primer mandatario de la nación pidió a la clase gobernante no caer en triunfalismos, pues la tarea –reconoció– es permanente, y un compromiso irrenunciable del Gobierno federal para responder a una sociedad que exige mejores esfuerzos.

El que existan avances en materia de protección a las libertades fundamentales no significa que se haya terminado la pobreza, la intimidación, el maltrato, el bullying, la discriminación y la intolerancia religiosa, formas de violencia que urge erradicar de nuestro querido México.
El discurso de Peña Nieto nos lleva a recordar que un 10 de diciembre de 1948 fue promulgada la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el primer documento redactado por la Comisión de Derechos Humanos, órgano normativo que fue creado en 1946 para elaborar los documentos relativos a la defensa y protección de los derechos humanos de los habitantes de nuestro planeta.

Tras el Holocausto Nazi, en el que fueron exterminados sistemáticamente seis millones de judíos, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la citada Declaración “como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.

Esta resolución, que consta de 30 artículos, surgió no sólo por el rechazo generado por la política hitleriana de exterminio de razas que incluía a judíos, gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, vagabundos y comunistas, sino para frenar también los abusos perpetrados por algunos Estados en agravio de sus propios ciudadanos.

Cuando se habla de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es obligado destacar que se trata del primer documento que logró abordar en detalle “la noción de que existe un conjunto de derechos internacionales y libertades fundamentales que los gobiernos están obligados a garantizar a sus ciudadanos”.

El tema obliga a plantearnos las siguientes preguntas: ¿Cómo estamos en materia de derechos humanos 65 años después de la proclamación de la citada Declaración? ¿Han cesado del todo las violaciones a las libertades fundamentales en las últimas seis décadas, al grado de que los seres humanos puedan considerar superada la amenaza de nuevas violaciones a sus garantías individuales? Veamos algunas de las respuestas a estas interrogantes.

En las últimas seis décadas se han dado importantes avances jurídicos en materia de derechos humanos. Nadie en su sano juicio puede negarlos, como tampoco nadie puede negar que a pesar de dichos avances los derechos humanos están lejos de convertirse en realidad para millones de mexicanos.

Los esfuerzos de las últimas décadas, encaminados a proteger y promover las libertades fundamentales, son innegables, como también es innegable que en los últimos tiempos se han producido innumerables atropellos en agravio de las minorías. Estas violaciones han sido perpetradas, entre otros, por los miembros del credo que ha alcanzado el estatus de religión mayoritaria, pero también por las religiones que han alcanzado similar categoría en las naciones pertenecientes al mundo musulmán.

La importancia de los esfuerzos realizados por la comunidad internacional en materia de derechos humanos es que a través de ellos se intenta corregir la larga, dolorosa e interminable historia de atropellos y violaciones, atribuible a la falta de respeto de las personas y grupos cuyo fanatismo los lleva a excluir y maltratar a quienes profesan un credo diferente al suyo.

Estará de acuerdo conmigo, estimado lector, que es bueno celebrar los avances, pero es mejor reconocer que se necesita mucho más para acabar con este tipo de prácticas y con los demás rezagos existentes en materia de derechos humanos.


Twitter: @armayacastro


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