viernes, 30 de agosto de 2013

¿ES NECESARIA UNA INTERVENCIÓN MILITAR EN SIRIA?

Armando Maya Castro
Estados Unidos, que dice contar con pruebas irrefutables de que el régimen sirio es el responsable del ataque con sustancias tóxicas, prepara un ataque militar contra Siria

Aunque el gobierno y el ejército árabe sirio negaron la utilización de armas químicas en el ataque que se perpetró contra la población civil en un suburbio de Damasco, el pasado 21 de agosto, el trabajo de investigación realizado por los expertos de la ONU en Siria revela que al parecer sí se utilizó algún tipo de sustancia que ha matado a mucha gente, informó Lakhdar Brahimi, enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a esa nación situada a la orilla del mar mediterráneo.

Brahimi, quien calificó como “inaceptable” e “indignante” el uso de gases tóxicos en la guerra civil de Siria, señaló que el hecho causó la muerte de “300, 600, quizás 1.000 o más personas”. Enseguida, el diplomático argelino señaló que el hecho “confirma lo peligrosa que es la situación en Siria y lo importante que es para los sirios y la comunidad internacional desarrollar el empeño político para encarar con seriedad este tema y buscar una solución”.

Estados Unidos y sus aliados, que dicen contar con pruebas irrefutables de que el régimen sirio es el responsable del ataque con sustancias tóxicas, preparan un ataque militar de “duración limitada”. Esto a pesar de que Brahimi dejara en claro que cualquier acción militar encabezada por el país de las barras y las estrellas debe ser aprobada primero por los 15 miembros del Consejo de Seguridad, cuyos cinco miembros permanentes –Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos– tienen poder de veto.

De consumarse el ataque militar contra Siria, los 20 millones de seres humanos que viven en esa nación van a sufrir las consecuencias del mismo: terror, destrucción, hambre, dolor y muerte. En caso de prosperar el intento intervencionista de Estados Unidos, los más de 100 mil muertos que en un lapso de 27 meses ha dejado la guerra civil siria, se van a multiplicar irremediablemente. La ofensiva agravará, asimismo, la situación de cientos de miles de niños que se encuentran en una situación de sufrimiento extremo. Esta situación hizo que Lakhdar Brahimi se pronunciara en contra de una intervención militar, afirmado que "ya hay suficientes muertos en Siria, no se quiere más muertos, se quiere que paren las muertes".

El principal argumento para el ataque contra Siria es que el régimen de ese país utilizó armamento químico, lo que es "contrario al Derecho internacional desde 1925, año en el que un número sorprendentemente elevado de Estados ratificaron el Protocolo de Prohibición del Uso en Guerra de Gases Asfixiantes, Venenosos y otros Gases y Métodos de Guerra Bacteriológica" (Geoffrey Robertson, “Crímenes contra la humanidad: la lucha por una justicia global”, Siglo XXI, Madrid, 2008, p. 208).
En las últimas cuatro décadas, la comunidad internacional ha realizado serios esfuerzos para restringir el uso de armas de destrucción masiva. Horst Fischer y Jaime Oraá, autores del libro Derecho Internacional y Ayuda Humanitaria, señalan al respecto. "La convención de 1971 sobre armas biológicas prohíbe el uso, producción, almacenamiento y transferencia de tales armas. El Protocolo de Ginebra en 1925 sobre el gas fue puesto al día en 1993 en París con la nueva convención sobre armas químicas no sólo prohibiendo su uso sino regulando en detalle la producción de agencias químicas que pudieran ser capaces de utilizar tales armas. Es también importante de la Convención de París de 1993 que se requiera a los Estados parte del tratado a destruir armas químicas ya existentes".

Sé muy bien que la postura de Estados Unidos goza del apoyo de diversas naciones, pero también ha sido cuestionada por países como China, Rusia y Venezuela. La Iglesia Ortodoxa rusa, quien expresó su “fuerte preocupación” por los posibles escenarios que se presentan en Siria, se manifestó en contra de la intervención militar. El arzobispo Hilarion de Volokolamsk, presidente del departamento que se ocupa de las relaciones públicas del Patriarcado de Moscú, advirtió: “Una vez más, miles de víctimas serán sacrificadas en el altar de una imaginaria democracia”. Según el metropolitano, entre las víctimas estarán antes que nada “los cristianos, de cuya suerte nadie se preocupa”. Justamente ellos “corren el peligro de convertirse en los principales rehenes de la situación y las principales víctimas de las fuerzas extremistas radicales, que con la ayuda de los Estados Unidos llegarán al poder”.


Millones de seres humanos coincidimos en que ponerle fin al conflicto en Siria debe ser la principal prioridad de la comunidad internacional. En lo que no coincidimos es en que dicho propósito pretenda alcanzarse mediante un ataque que puede alterar la situación que prevalece en el Medio Oriente, agravando la situación de los derechos humanos en Siria y poniendo en riesgo la paz mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario