Por Armando Maya Castro
Desde que Felipe Calderón Hinojosa envió al ejército a
realizar labores policíacas generó una tormenta
considerable en materia de violaciones a los derechos humanos
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El Ministerio de Asuntos
Exteriores de España acaba de conceder al expresidente Felipe Calderón Hinojosa
la Orden del Mérito Civil, instituida por el rey Alfonso XIII por Real Decreto
de 25 de junio de 1926. La condecoración ha sido otorgada, entre otros, al
presidente de grupo Inditex, Amancio Ortega; a los emires de Kuwait y Abu Dabi
(Sabah Al-Ahmad Al-Jaber y Khalifa Bin Zayed, respectivamente) y a Abdelazis
Bouteflika, presidente de Argelia.
El gobierno español decidió
condecorar a Calderón pese a que en la administración de éste “se recurrió de
forma generalizada a la detención arbitraria, la tortura y los malos tratos
para extraer información y confesiones de los detenidos durante los
interrogatorios” esto según un informe de Amnistía Internacional.
Desde que Felipe Calderón
asumió el cargo como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,
en diciembre de 2006, le declaró la guerra a los cárteles de la droga,
delegando en las fuerzas armadas la lucha contra el crimen organizado, causante
de la inseguridad y la violencia que azota a la mayoría de los estados de la
República mexicana.
Con el apoyo de Estados
Unidos, el gobierno de Calderón hizo un “despliegue del Ejército como una de
sus estrategias clave para combatir el narcotráfico y mejorar la seguridad
pública”. Jorge G. Castañeda nos dice que "el envío de un ejército mal
preparado a realizar labores policíacas en ciudades y pueblos de México generó
una tormenta considerable en materia de violaciones a los derechos
humanos".
Los mexicanos fuimos
testigos de que en la anterior administración federal los asesinatos y los
secuestros fueron en aumento. En el año 2007 fueron asesinados 25 mil 113
personas; en 2008, 28 mil; en 2009, 31
mil 545; y en 2010, 34 mil 545. En ese periodo aumentaron también los
secuestros: de 595 en 2006 a 1 mil 344 en 2011. En 2007, el propio Sistema
Nacional de Seguridad Pública (SNSP) registró 438; en 2008, 907; en 2009, 1 mil
163, y en 2010, 1 mil 220.
La estrategia anticrimen de
Calderón fue criticada fuertemente por analistas, columnistas y articulistas,
así como por diversos actores políticos y organizaciones de derechos humanos,
quienes sostuvieron a lo largo del anterior sexenio que los uniformados carecían
de la formación adecuada para atender la seguridad de la ciudadanía. El propio
Vicente Fox criticó el plan de lucha contra el narcotráfico implementado por el
ex presidente Felipe Calderón.
El 9 de noviembre de 2009,
Calderón salió al encuentro de las críticas que persistían en relación con la
violación de los derechos humanos de parte de las fuerzas castrenses. Esto
declaró el entonces primer mandatario de la nación: “Saben que si los agarramos
[a los delincuentes], en primer lugar no los vamos a vejar, como muchas veces
dicen. Aquí a cada rato vienen a decir que las violaciones a los derechos
humanos por parte del Ejército, una serie de cantaletas que también ya empiezan
a cansar, que no son ciertas, porque se respeta la dignidad de los criminales y
se les pone ante un juez y todo".
El error del ex presidente
de México fue el de muchos otros gobernantes: no saber escuchar a la gente y
aferrarse a una fallida y estéril estrategia, considerada infalible por él y
por quienes de manera irresponsable le aconsejaban mantenerla en pie.
¿Cuáles fueron entonces los
logros de la estrategia anticrimen del gobierno anterior? Calderón presumió,
mediante spots, la muerte y captura de importantes capos de la droga. Llegó a
decir que fueron capturados 22 de los 37 capos más peligrosos de México, algo
que a su juicio permitió “desarticular las estructuras logísticas y operativas
de muchas de las organizaciones de la delincuencia organizada más peligrosa del
país”. Hoy sabemos, por lo que ha señalado el Secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, que la captura de capos propició la fragmentación de grupos
criminales en detrimento de la seguridad pública.
La administración de
Calderón ha pasado a la historia marcada con la impronta de la violencia, con
historias de ejecuciones (83 mil según el Semanario Zeta), daños colaterales,
violaciones a los derechos humanos e innumerables casos de crueldad. A lo largo
de ese sexenio, los mexicanos experimentamos el miedo y la inseguridad como
nunca antes. Calderón conocía perfectamente bien los temores de la población,
pero en lugar de remediar la situación se obstinó en decirle a la población que
sus decisiones y las acciones del Estado eran correctísimas y que todo se hacía
por nuestro bienestar. Por esto, y por muchas otras deficiencias del gobierno
calderonista, resulta incomprensible la condecoración del gobierno español.
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