viernes, 12 de abril de 2013

SEGUNDA DISPENSACIÓN APOSTÓLICA



Por Armando Maya Castro
Ministros y fieles de la Iglesia La Luz del Mundo celebrando el 87 aniversario del llamamiento del Hermano Aarón Joaquín González al Apostolado. Este suceso inaugura la segunda dispensación apostólica, vigente hasta este día mediante el Ministerio del Apóstol Samuel Joaquín Flores
 
“Tu Nombre será Aarón, lo haré notorio por todo el mundo, y será bendición”. Estas fueron las palabras que Dios dirigió al hermano Aarón Joaquín González la madrugada del martes 6 de abril de 1926, llamándolo a ejercer el ministerio del apostolado, reservado para él desde antes de la constitución del mundo.

Con esa memorable manifestación comenzó la restauración de la primitiva Iglesia cristiana, acompañada de la luz espiritual que marcaría el fin de una era de oscurantismo y daría inicio a un tiempo de bendición, en el transcurso del cual el Evangelio de Jesucristo lograría la erradicación de los conceptos humanos enseñados por los hombres como mandamientos de Dios. 

Los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo esparcidos en los cinco continentes recordarán el día de hoy ese glorioso acontecimiento. Lo harán con regocijo espiritual, sabiendo que el inicio de la restauración trajo consigo la manifestación de la segunda dispensación apostólica, en la que volvió a manifestarse, con la misma fuerza e intensidad, la gracia que favoreció a miles de almas en los tiempos bíblicos.

En un día tan especial como éste, conviene destacar que, desde el momento mismo de su llamamiento, el Apóstol de Jesucristo comenzó a difundir entre los hombres el Evangelio que Jesucristo predicó en el siglo I de nuestra Era; y que como custodio fiel del Evangelio mantuvo siempre la pureza e inalterabilidad del mismo, fundamentando sus enseñanzas en las Sagradas Escrituras. 

A semejanza de los apóstoles de la Iglesia primitiva, el hermano Aarón fue absolutamente respetuoso de la doctrina revelada. Entendía que el mensaje del Altísimo, por su origen y procedencia, es perfecto y no necesita de añadiduras humanas ni de agregados que terminan por alterar la originalidad de la doctrina cristiana. 

A lo largo de sus 38 años de fructífera labor, jamás se atemorizó ni se avergonzó de la Palabra que le fue revelada. Tomó conciencia que el Evangelio de Cristo, como en los tiempos bíblicos, es poder y sabiduría de Dios. Esta convicción, unida a su admirable trabajo de evangelización, le permitió lograr la transformación de miles de almas en la República mexicana y en algunas ciudades de Estados Unidos, El Salvador  y Costa Rica.

A 87 años del inicio de la restauración, la Iglesia La Luz del Mundo sigue brillando y cosechando innumerables triunfos en México y el mundo. No podemos dejar de reconocer que en la obtención de estos logros sobresale el fecundo trabajo del Apóstol de Jesucristo, Doctor Samuel Joaquín Flores, quien desde el 9 de junio de 1926 inició un periodo de fulgurante expansión internacional, logrando la consolidación de la Iglesia en México y en otras 43 naciones del mundo. 

Sus esfuerzos han convertido a la Iglesia La Luz del Mundo en una institución respetada por propios y extraños, y muy prospera en el terreno espiritual, material y social. 

Por todo esto, y por su incuestionable honestidad e idoneidad con la que se ha conducido siempre, la Obra del Doctor Samuel Joaquín Flores ha recibido incontables reconocimientos de autoridades federales, estatales y municipales, quienes han valorado su gran aportación en la moralización de los fieles de la Iglesia, a quienes ha convertido, por medio de la doctrina cristiana, en buenos cristianos para Dios y en buenos ciudadanos para el mundo.


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