jueves, 3 de enero de 2013

UN BUEN INICIO DE AÑO


Por Armando Maya Castro

Desde el templo sede internacional de la Iglesia La Luz del Mundo, que lució sus mejores galas la noche del 31 de diciembre de 2012, el Apóstol de Jesucristo Hermano Samuel Joaquín Flores dirigió su mensaje de Año Nuevo a cientos de miles de almas dispersas en todo el mundo


El año 2012, que será recordado como el enésimo “fin del mundo”, se ha ido y hemos comenzado uno nuevo con la esperanza de que éste sea distinto y mejor que el anterior en todos los sentidos; eso esperamos millones de personas, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, lo mismo en México que en las demás naciones del mundo. 

Aspirar a que el año 2013 sea de felicidad y mejor que el que acabamos de despedir, es bueno y válido; sin embargo, esa aspiración debe fundamentarse en el hecho de que si anhelamos que sea mejor y nos esforzamos en conseguirlo, hay enormes posibilidades de que así ocurra. 

Respecto a este tema, el escritor y humanista español, Enrique Rojas, nos dice: “La felicidad es la máxima aspiración del hombre, hacia la que apuntan todos los vectores de su conducta, pero si queremos conseguirla, debemos buscarla”. Lo importante, entonces, no son los deseos que nos hemos expresado entre amigos y familiares, ni los buenos propósitos de año nuevo, sino la búsqueda racional de la felicidad y de la realización de los propósitos que acostumbramos hacernos al comienzo de cada año. 

Desde los primeros minutos del 2013, el Autor de la vida nos concede la dicha de estrenar un año, pero es necesario que tomemos este nuevo ciclo con la debida reflexión, viéndolo como lo que es: la oportunidad que nos otorga el Altísimo para transformar nuestras vidas y mejorar nuestras relaciones familiares, laborales y sociales en todos los sentidos y en cada uno de sus detalles.

En la recta final del año que acaba de quedar atrás, la mayoría de los seres humanos ocuparon los días y las horas para revisar actitudes y hacer un balance de sus vidas, así como para prepararse y fijarse nuevas metas de prosperidad para el año que ha iniciado. 

Al comienzo del año, los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo, reunidos en los aproximadamente 3 mil templos que esta institución ha edificado alrededor del mundo, desearon a sus semejantes y a sí mismos un año de bendición y prosperidad. Alguien podría decir: “esto no tiene nada de extraordinario; millones de personas hicieron lo mismo al despedir el 2012”. 

Esto es muy cierto; sin embargo, debe aclararse que lo relevante del caso no estriba en la rutinaria expresión de deseos que suele darse aquí, allá y acullá, sino en la importancia de que haya alguien que concientice a la grey de que los buenos deseos no son suficientes, sino la lucha perseverante encaminada a la consecución de los mismos. 

En la Iglesia La Luz del Mundo, quien realiza responsablemente ese trabajo es el Apóstol de Jesucristo, Hermano Samuel Joaquín Flores, quien en los últimos minutos del año pasado y en los primeros del nuevo concientizó a los fieles de la Iglesia Universal sobre la importancia de valorar y aprovechar correctamente los días, las semanas, los meses y los años en la práctica cotidiana de los valores cristianos.

En muchas ocasiones le ha dicho a la feligresía que aprovechar bien el tiempo es vivir sabiamente a lo largo del año, sin desperdiciar ni un solo día. De acuerdo con sus palabras, lo importante no es tener un buen principio de año, sino concluirlo bien, conservando a lo largo del mismo la comunión de Dios. Esta clase de consejos, aparte de proporcionar a los miembros de la Iglesia un buen inicio de año, ofrecen la oportunidad para superar el pasado, evaluar el presente y afrontar el porvenir con fe y determinación. 

En los primeros minutos del año en curso, el Apóstol de Jesucristo, además de aconsejar, envío sus bendiciones y parabienes a los fieles de la Iglesia esparcidos en los cinco continentes, otorgando así consuelo y alegría a quienes lo han recibido como el Embajador de Dios en esta tierra. Bendiciones similares envío a las autoridades de los tres niveles de gobierno, deseando que –por bien de sus gobernados– sean iluminadas por Dios en su cotidiana y delicada labor gubernamental. 


 @armayacastro


Publicado en los diarios  El Mexicano de Tijuana y El Occidental de Guadalajara:


 

 







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