domingo, 21 de octubre de 2012

EXIGIR Y DAR RESPETO



Por Armando Maya Castro

Foto: esteesmimundobyme.blogspot.fr
Si no podemos poner fin ahora a nuestras diferencias, por lo menos podemos ayudar a que el mundo sea un lugar seguro en medio de tantas diferencias.
                                                                        John F. Kennedy

El Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2012 (ILR), presentado por la fundación católica “Ayuda a la Iglesia Necesitada”, denuncia la problemática situación que se vive en aquellos países cuya constitución declara una religión oficial que no deja espacio a otras creencias. 

Nuestro país ya vivió esa dolorosa y amarga experiencia en el pasado, cuando las constituciones confesionales que estuvieron vigentes en el México post independiente otorgaban privilegios exclusivos a la Iglesia católica e impedían el establecimiento de otros movimientos religiosos en territorio mexicano. Las constituciones de ese tiempo establecieron la intolerancia religiosa al adoptar al catolicismo romano como credo oficial y único permitido en México.

En aquella época, los clérigos del romanismo guardaron silencio porque los únicos beneficiados eran ellos. No hubo voces de la Iglesia católica que protestaran contra dichas constituciones, como lo hacen actualmente en los 90 países donde los católicos son perseguidos o sufren discriminación, según el informe en comento. 

La Iglesia católica tiene todo el derecho de denunciar la creciente presión pública que ejerce sobre los no musulmanes la ley anti-blasfemia en Pakistan, la cual regula las ofensas contra el Corán o Mahoma e impone cadena perpetua o pena muerte a los infractores. La Iglesia católica tiene el derecho de protestar, asimismo, por la presión de extremistas islámicos en países africanos como  Kenia, Malí, Nigeria y Chad. Si los derechos de los católicos son violentados en esas naciones, su deber será denunciar y procurar el cese de dichos atropellos. 

Lo que no se vale ni es justo de su parte es que las autoridades clericales protesten en los países musulmanes donde son minoría, y guarden silencio en las naciones donde los católicos, aprovechando que son mayoría, perpetran actos de discriminación e intolerancia en agravio de las minorías religiosas. 

Al analizar el caso específico de México, en el informe que nos ocupa, no encontré mención ni denuncia alguna de los numerosos casos de intolerancia religiosa que con frecuencia se producen en nuestro país, particularmente en la región de Los Altos de Chiapas. Nada se dice en dicho documento sobre las persecuciones y expulsiones que han tenido lugar en San Juan Chamula, el municipio más prolífico en casos de intolerancia, con un saldo cercano a los 40 mil expulsados, y cientos de niños evangélicos sin acceso a las escuelas públicas. 

La intolerancia religiosa en esa entidad de la República mexicana es real e innegable, más allá de que el obispo de San Cristóbal de las Casas haya declarado en cierta ocasión que “en Chiapas no hay guerra religiosa, sino divisiones por la tierra, por los partidos, por las organizaciones y otras cuestiones ideológicas”. 

Es importante mencionar que lo que sucede en Chiapas en materia de intolerancia religiosa se ha dado también en las zonas rurales de Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Jalisco, donde los miembros de las comunidades evangélicas han sido perseguidos violentamente por causa de su fe.

Soy de la opinión que los seres humanos podemos y debemos construir un mundo libre de fundamentalismos y exento de violencia religiosa; un mundo donde el respeto a lo diverso y a los derechos humanos nos permita erradicar el horror de los conflictos y el flagelo de la intolerancia religiosa, lo que nos permitiría convivir en paz y armonía.

Difiero de quienes piensan que la construcción de un mundo en paz y libre de intolerancia solo puede lograrse suprimiendo las diferencias de fe. Estoy convencido que los seres humanos, por más esfuerzos que realicemos, no lograremos suprimir jamás nuestras diferencias; lo que sí podemos y debemos hacer es aprovecharlas para aprender a vivir con respeto y armonía frente a la diversidad.


@Armayacastro

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