martes, 16 de octubre de 2012

CRISIS POR PEDERASTIA CLERICAL



Por Armando Maya Castro

Ratzinger cesó al obispo Marco Antonio Órdenes Fernandez acusado de pederastia

La crisis de la Iglesia católica, provocada en buena medida por los curas pederastas y la protección que éstos han recibido por parte de la jerarquía clerical, sigue afectando seriamente a dicha institución. En México y en algunos países sudamericanos y europeos siguen apareciendo denuncias que involucran no sólo a sacerdotes, sino también a altos dignatarios del romanismo, como es el caso de Marco Antonio Órdenes Fernández, obispo de Iquique, en Chile, quien ha sido cesado recientemente por el papa Benedicto XVI.

El Sínodo de Obispos –que actualmente se celebra en el Vaticano con el propósito de encontrar respuestas a la crisis de fe en el mundo occidental– ha abordado el tema de los abusos sexuales contra menores. El obispo canadiense Brian Joseph Dunn propuso como fórmulas un cambio de mentalidad y de estructuras, así como el establecimiento de oficinas para escuchar a las víctimas y a los familiares de éstas.  

En un discurso no mayor de cinco minutos, Dunn, responsable de la diócesis canadiense de Antigonish, señaló que la crisis de los “curas pederastas” constituye un serio impedimento para la evangelización. Apuntó que esta crisis ofrece una auténtica oportunidad de escucha y común discernimiento para comprender la profundidad del dolor, de la rabia y de la desilusión derivadas del escándalo: “Tal ministerio de escucha –manifestó– podría entrar a formar parte del apostolado de cada diócesis bajo la forma de oficina de meditación, donde las personas puedan desfogar el propio dolor y buscar una idónea reconciliación".

En el mismo sitio donde se desarrolla la actividad sinodal, el pasado jueves 11 de octubre, Francesco Zanardi y Alberto Sala, dirigentes de las organizaciones “El abuso” y “Pequeño Alan”, respectivamente, solicitaron al papa que la Congregación para la Doctrina de la Fe abra los archivos donde se registran los casos de abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero católico.
Ambos dirigentes esperaban ser recibidos por Ratzinger, pero sólo pudieron acceder hasta el Portón de Bronce, corroborando así que la Iglesia católica no tiene voluntad para tomar medidas ni enfrentar el problema de pedofilia. Zanardi, quien fue abusado a la edad de 10 años por el cura Nello Giraudo, en una parroquia de Savona, Italia, declaró en conferencia de prensa lo siguiente: “Los archivos que desde 2001 el cardenal Joseph Ratzinger ha ordenado mandar de todo el mundo a Roma, deben ser entregados a la magistratura para intervenir sobre estos casos y sobre las víctimas, que son nuestra principal preocupación”.

Estas organizaciones esperan que la Congregación para la Doctrina de la Fe atienda su demanda y que en lo sucesivo proceda diferente a como lo hizo cuando estuvo al frente de la misma el entonces cardenal Joseph Ratzinger –ahora papa Benedicto XVI–, quien pudo haber hecho mucho en defensa de las víctimas inocentes, pero se inclinó por privilegiar el ocultamiento de innumerables casos de pederastia, entre ellos los actos criminales del sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y del movimiento Regnum Christi. 

La mención de Maciel obliga a que hablemos brevemente sobre la renuncia de Álvaro Corcuera a la dirigencia de los Legionarios de Cristo, aparentemente por motivos de salud. Veamos cómo para los conocedores del tema las causas de la renuncia fueron otras: el exsacerdote Alberto Athie declaró a Carmen Aristegui: “Si se tratara realmente de un problema de salud, que pusiera en cuestión su capacidad de servicio, son cosas que se anuncian, no se consultan con los demás…”. Tras calificar a Corcuera como un cómplice de Maciel, Athie dijo a la periodista de Noticias MVS: “Es un caso intolerable el del padre Corcuera, y yo creo que por esa razón, de un deterioro gravísimo de su autoridad moral, que como superior ya no puede seguir al frente de la Legión”.

Bernardo Barranco, sociólogo especialista en religiones, coincide con Athie al afirmar que la renuncia de Corcuera no fue por motivos de salud, agregando que este hecho forma parte de un capítulo más en la crisis de los Legionarios de Cristo, cuyo control queda en manos del cardenal Velasio de Paolis, esto  través del nuevo líder de La Legión, el alemán Sylvester Heereman, explicó Barranco a Grupo Fórmula. 

¿Encontrará el Sínodo de Obispos el remedio a una de las peores crisis de la Iglesia católica? La verdad no lo sabemos. Lo que sí sabemos –y lo saben también los obispos reunidos en el Vaticano– es que es necesario ponerle fin a los casos de pederastia clerical que han perjudicado en gran manera a la Iglesia romana.

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