martes, 24 de abril de 2012

MÉXICO QUIERE SEGUIR SIENDO LAICO

Por Armando Maya Castro


En abierta violación al Estado laico, los cuatro presidenciables desfilaron ante la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), sometiéndose así al capricho de un clero insaciable, que pretende someter a su arbitrio al Estado y a la clase política mexicana, buscando imponer a la sociedad su visión moral de las costumbres, así como los dogmas que han sido confeccionados por la Iglesia católica a través de los siglos.

El principal problema es que los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República le restaron importancia a dos hechos importantes: 1) México, por mandato de ley, es un Estado laico. 2) Los recursos económicos con que los candidatos realizan sus campañas políticas proceden del pago de nuestros impuestos, no sólo de los contribuyentes de la Iglesia católica.
Si el sometimiento de los presidenciables es de suyo grave, mayor gravedad reviste el hecho de que diversos obispos católicos hayan declarado –tras la comparecencia de aquéllos ante la 93 Asamblea del Episcopado Mexicano– que sólo dos de los candidatos captaron la atención y lograron niveles de aceptación relativamente mayoritarios entre los jerarcas católicos: Josefina Vázquez Mota, del PAN, y Enrique Peña Nieto, candidato de la coalición Compromiso por México.  

Millones de mexicanos coincidimos con los señalamientos de Roberto Blancarte Pimentel, director del Centro de Estudios Sociológicos (CES), quien calificó dichas reuniones como “vergonzantes y vergonzosas”. El experto en el estudio de religiones y laicidad explicó que “son vergonzantes porque la legislación federal trata de evitar que los ministros de culto participen en política electoral, de tal forma que resulta incomprensible y contradictorio que los candidatos presidenciales vayan a ofrecer sus plataformas electorales a quienes no les quieren permitir que participen en cuestiones electorales”.

Mi postura es de respeto al credo religioso de los cuatro políticos que aspiran a gobernar nuestro querido México. Pero también coincido con las voces que sostienen que la perspectiva laica es la única que puede garantizar que los espacios y las instituciones públicas sean respetuosos y tolerantes con todas las opciones morales y religiosas de los ciudadanos. Somos muchos los que nos preguntamos: ¿qué confesión religiosa favorecería cualquiera de los dos candidatos que logró mayores niveles de aceptación entre los obispos católicos de México si llegara a resultar electo para dirigir los destinos de nuestra nación en las próximas elecciones? Surge también la duda respecto a lo que hará la Conferencia del Episcopado Mexicano tras haber examinado a los cuatro aspirantes a la Presidencia. ¿Seguirán los obispos del país el ejemplo de la Arquidiócesis Primada de México, quien difundió el pasado 14 de febrero una guía para orientar el voto, llamando claramente a los feligreses a votar por el PAN, aunque sin mencionar por su nombre a dicho partido?

Me parece de la mayor gravedad que en el transcurso de la presente campaña electoral, el clero pueda promover el voto a favor de los candidatos del PAN o del PRI hasta con el permiso de Gobernación. No olvidemos que el pasado mes de febrero, esta Secretaría extendió una invitación a las asociaciones religiosas para promover el voto, pasando por alto lo que establece el artículo 14 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, donde se prohíbe terminantemente a los ministros de culto realizar actividades proselitistas a favor o en contra de algún candidato, partido o asociación política alguna.

Esta es la segunda ocasión que los presidenciables, en el afán de granjearse el “voto católico”, se someten a los llamados del clero. La primera vez ocurrió el pasado 25 de marzo, fecha en que los cuatro aspirantes a la Presidencia se postraron ante el Cristo Rey, situado en el cerro del Cubilete, en Guanajuato, durante la visita del papa Benedicto XVI. ¿A dónde irá  a parar el Estado laico con esta clase de políticos que se esmeran por satisfacer las demandas clericales y se olvidan de las legítimas demandas del pueblo de México? Esperemos que de los estados de la República mexicana surjan los verdaderos defensores del Estado laico, el cual pretende ser demolido por la vergonzante sumisión de algunos de nuestros políticos, así como por la innecesaria reforma del artículo 24 constitucional. México es laico y quiere seguir siéndolo.  


Twitter: @armayacastro

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