martes, 24 de marzo de 2015

DÍA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Por Armando Maya Castro

Hoy, los argentinos conmemoran  el  Día  Nacional  de  la  Memoria  por  la  Verdad  y  la  Justicia, una conmemoración establecida el 2 de agosto del año 2002. En esa fecha, el Congreso de la Nación Argentina dictó la Ley número 25.633, la cual establece en su artículo primero: “Institúyese el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976″.

Para entender el porqué de esta conmemoración, es importante remontarnos al 24 de marzo de 1976, fecha que inaugura uno de los periodos más sangrientos en la historia de Argentina, con violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos. 

La madrugada de ese día, María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabel Perón, fue depuesta del cargo por un golpe militar encabezado por el general Jorge Rafael Videla, quien se convirtió en presidente de la Junta Militar que disolvió el Congreso, impuso la ley marcial y gobernó por decreto.

Al asumir la Primera Magistratura de la República Argentina, el 30 de marzo de 1976, Videla habló de derechos humanos, los cuales nunca respetó. Esto fue lo que dijo en su discurso de ese día: "Para nosotros, el respeto de los derechos humanos no nace sólo del mandato de la ley ni de las declaraciones internacionales, sino que es la resultante de nuestra cristiana vocación acerca de la preeminente dignidad del hombre como valor fundamental. Es justamente para asegurar la debida protección de los derechos naturales del hombre, que asumimos el pleno ejercicio de la autoridad; no para conculcar la libertad, sino para afirmarla; no para torcer la justicia, sino para imponerla" (Excélsior, 12 de septiembre de 1976, pág. 28 A, citado por Óscar Correas, Acerca de los derechos humanos. Apuntes para un ensayo, México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 119).

Con la instauración de la dictadura, que en un principio buscaba poner fin a la convulsiva etapa que había agitado en las décadas precedentes a ese país sudamericano, la Junta Militar desplegó una estrategia de dominio sobre la población bajo la forma de terrorismo de Estado, pasando por encima de los derechos humanos: suprimió los sindicatos, prohibió los partidos políticos y declaró la guerra a los adversarios políticos del nuevo régimen. 

De 1976 a 1983, la dictadura cometió sistemáticamente crímenes contra la humanidad, además de endeudar y empobrecer al país mediante la aplicación de un modelo económico contrario a los intereses de Argentina. Entre los crímenes cometidos en ese lapso se cuentan secuestros, torturas y fusilamientos en agravio de sus oponentes –o de los sospechosos de serlo–, ejecutando tales prácticas en los centros de detención clandestinos creados para tal fin. No podemos omitir los “vuelos de la muerte”, una práctica siniestra que se empleó para arrojar al Océano y al Río de la Plata a varios desaparecidos vivos.

Ana González Bringas, en el libro El derecho a la memoria, dirigido por Felipe Gómez Isa, menciona una práctica represiva de terror "que consternó más que ningún otro a la opinión pública [argentina], una vez que se dio a conocer: la apropiación de bebés y niños, hijos de detenidos, para luego ser entregados a familias distintas de la originaria, negando su historia y su pasado, cortando sus familiares y reemplazándolos por otros". "El secuestro de niños –añade la autora– no fue sólo un resultado no deseado fruto de la violencia generada hacia los progenitores de los mismos, sino que fue una acción adoptada con premeditación, e incluso definida en una de las directrices de actuación contra la subversión”. 

La pregunta que todos nos hacemos es esta: ¿Qué ha pasado con los autores de estas vejaciones? La respuesta nos la da una nota de la agencia noticiosa AP, difundida en varios periódicos del mundo el pasado 21 de marzo: “En los últimos 9 años se dictaron 136 sentencias, 31 de ellas en firme. En ellas se sentenció a 613 personas, 50 de las cuales fueron absueltas, según el último informe de la Procuraduría de Crímenes de la Humanidad, actualizado al 18 de marzo de este año, cuando falta muy poco para que se cumplan 39 años del golpe de Estado”. 

Videla, el genocida emblema de la dictadura más sangrienta de Argentina, y quien nunca se arrepintió de sus excesos, murió en prisión el 17 de mayo de 2013. Se hallaba allí cumpliendo la pena de condena perpetua por crímenes de lesa humanidad, mismos que cometió de manera reiterada durante su gobierno de facto.

Aunque sobre el tema falta mucho por esclarecer, juzgar y condenar, las sanciones que en los últimos años se han impuesto a los culpables son importantes para evitar que los crímenes en comento queden impunes. Ojalá que estas sanciones sirvan para que los gobernantes de todos los países piensen muy bien sus decisiones de gobierno y eviten violaciones a los derechos humanos como las que tuvieron lugar en los años sesenta y setenta en la República de Argentina y en otros países sudamericanos. 

Twitter: @armayacastro

Publicado el 24 de marzo de 2015 en el diario El Mexicano de la ciudad de Tijuana


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