jueves, 31 de julio de 2014

UN MES ESPERADO

Por Armando Maya Castro



Hoy, finalmente, termina julio 2014, un mes que el mundo recordará como el mes en que Israel desató una ofensiva sangrienta contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza, en respuesta a los ataques de Hamás, organización fichada como terrorista por la Unión Europea y por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Afortunadamente mañana empieza agosto, un mes que el mundo espera sea aprovechado para resolver por la vía pacífica y diplomática las demandas palestinas e israelíes. Ezra Shabot piensa –como también yo– que la única alternativa de solución al conflicto en cuestión es "la construcción de un Estado Palestino en Cisjordania y Gaza, que conviva con el Estado Judío en un reconocimiento mutuo de derechos y obligaciones cuyo objetivo sea romper con el círculo vicioso de la violencia que amenaza con permanecer indefinidamente" (El Universal, 28 de julio de 2014).

No sabemos si en agosto se logrará esto o si continuará esta guerra absurda e irracional, que ha dejado en lo que va del mes de julio más de un millar de víctimas mortales palestinas, entre ellas más de 200 niños. Lo que sí sabemos es que agosto promete ser un mes con un buen aporte para la paz espiritual, esa que no es tan anhelada por la humanidad, pero que es vital para la transformación moral de los seres humanos, un aspecto que puede contribuir a la consecución de la paz entre las personas y los pueblos.

Menciono esto porque con la llegada de agosto comienza el año nuevo espiritual para la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de laVerdad La Luz del Mundo, una Asociación Religiosa que cuenta actualmente con cientos de miles de fieles en 45 naciones de los cinco continentes, fruto de la destacada labor evangelizadora que fieles y ministros realizan bajo las directrices del Apóstol de Jesucristo doctor Samuel Joaquín Flores.

Es agosto, justamente, el mes en que esta Iglesia celebra la Santa Convocación, la fiesta más grande de toda la tierra, que congrega en diversas sedes de la Zona Metropolitana de Guadalajara a más de 300 mil fieles procedentes de todos los estados de la República Mexicana y de los demás países de América, así como miles de delegados de África, Asia, Europa y Oceanía. El objetivo: conmemorar la Santa Cena, instituida por Jesucristo en memoria de su sacrificio redentor.

Ante las preguntas que algunas personas se formulan acerca de por qué La Luz del Mundo celebra su año nuevo espiritual en el octavo mes del año, conviene recordar que el Israel bíblico tenía –aparte del año civil– su año espiritual, establecido por mandato de Dios al profeta Moisés: “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año” (Éxodo 12:2).

A partir de esta ordenanza divina, Abib dejó de ser para los israelitas el mes que ocupaba el lugar séptimo en el año y se convirtió en el primero de los meses del año, es decir, en el más importante del calendario hebreo. Se convirtió, asimismo, en el mes del memorial de liberación, donde los judíos celebraban la pascua, su festividad más anhelada, la más solemne.

Es obligado aclarar que Israel no estableció el mes de Abib como el primero del año por iniciativa propia; tampoco lo hizo con el ánimo de diferenciarse en su calendario a los demás pueblos de la tierra. Lo estableció Dios para que fuese un mes de especial celebración, el punto de partida para contar los meses del año.


Así como los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob esperaban la llegada del mes de Abib para viajar a la celebración pascual que se realizaba en la ciudad  de Jerusalén, los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo esperan ansiosamente la llegada de agosto. Lo esperan porque saben que al comienzo del mes se elevará a Dios la oración apostólica, y que la respuesta divina a este ruego traerá consigo beneficios y bendiciones materiales y espirituales, así como la solución a sus limitaciones, impedimentos y carencias. 

Twitter: @armayacastro


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