sábado, 4 de enero de 2014

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN AL INICIO DEL 2014



Por Armando Maya Castro



El pasado 2 de enero, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) dio a conocer que durante el 2013 se duplicó el número de agresiones en contra del derecho a la libertad de expresión, siendo el Distrito Federal la entidad que más agresiones registró (123), seguida de Oaxaca con 50, y Veracruz con 43.

Esta es la dolorosa realidad de México en materia de libertad de expresión, a pesar de que el artículo sexto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que "el derecho a la información será garantizado por el Estado".

Vivimos en un país en el que –a diferencia de algunas naciones de África y Asia– no existen leyes que restrinjan a los medios de comunicación la libertad de expresión o de prensa. Esto no significa que el ejercicio de dicha libertad se halle plenamente garantizado en nuestro país, donde las amenazas y agresiones a los representantes de los medios de comunicación están a la orden del día.

México es uno de los países donde los funcionarios corruptos y la delincuencia organizada ven en el ejercicio de la libertad de expresión una amenaza a sus intereses. Así fue el año pasado y el antepasado, lo que explica las constantes agresiones en agravio de quienes han dedicado sus vidas a investigar y difundir información sobre los actos de corrupción gubernamental y las  acciones de los grupos criminales. 

Frank Bealy señala que la libertad de expresión "abarca un conjunto de derechos democráticos muy importantes", que permiten "que las personas expresen sus opiniones y preferencias y se las comuniquen a otros; asimismo, posibilitan la crítica al poder y son esenciales para la libertad de oposición al gobierno". El autor de "Diccionario de ciencia política" agrega: donde existe esta libertad "no hay autoridad sagrada".

Pero, ¿cuáles son los métodos más utilizados para coartar la libertad de expresión? El "Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión" del año 2000 menciona que son las "amenazas tanto físicas como psíquicas, los hostigamientos, intimidaciones y la utilización de la legislación interna para entablar acciones judiciales contra los medios de comunicación y los comunicadores sociales".

Los problemas de los medios de comunicación de nuestro tiempo son distintos a los que tuvieron los periódicos que aparecieron al inicio de la Guerra de Independencia, algunos de los cuales llegaron a ser prohibidos durante el gobierno virreinal. Tal es el caso del Ilustrador Americano, que contaba con lectores entre los habitantes de la Ciudad de México, así como entre los dirigentes del movimiento insurgente. El gobierno virreinal, para contrarrestar la influencia de este medio, creó "El Verdadero Ilustrador Americano", cuya dirección fue confiada a José Mariano Beristáin de Souza, canónigo de la Catedral Metropolitana. 

En nuestro tiempo, los riesgos de la libertad de expresión son otros. Aunque no existen decretos emitidos por el Congreso de la Unión para bloquear la actividad periodística de los medios de comunicación, la historia del año 2013 registró 424 atentados en contra de la libertad de expresión, más del doble que los 184 registrados durante 2012. Los anteriores datos son contundentes e indican cómo empezamos el 2014 en materia de libertad de expresión.

Vuelvo a aclarar –como lo he hecho en anteriores columnas– que las violaciones a la libertad de expresión no son privativas de la actual administración. Estos casos se dieron en la administración de Vicente Fox Quesada y abundaron en la de Felipe Calderón Hinojosa, sexenio que fue evaluado por la ONU y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como uno de los más peligrosos para el ejercicio de la libertad de expresión, debido a la falta de garantías para ejercer el periodismo. 

Más allá de los discursos que se escuchan por doquier, las autoridades de la presente administración deben reconocer que no sólo le han fallado a los periodistas de México, sino también a la totalidad de los mexicanos, quienes tienen el derecho a ser debida y verazmente informados.

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