Por Armando Maya Castro
El Instituto Electoral de Quintana Roo garantizó medidas contra "turismo electoral"
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Se trata de un plan conocido
también con el nombre de “turismo electoral”, presuntamente diseñado para que miles
de ciudadanos de Yucatán y Campeche votaran por los candidatos del PRI en las
elecciones que se realizaron el domingo pasado en Quintana Roo, estado donde el
tricolor derrotó a sus adversarios políticos, pero no al abstencionismo, que
fue el gran triunfador de la jornada electoral.
El PRI, que ha sido
señalado como el partido que diseñó la “operación primavera”, negó en los
siguientes términos la existencia de dicho plan: “El turismo electoral es parte
de un mito que se ha llevado al terreno mediático, en el que PRD y PAN reflejan
esa desesperación. Nosotros no vamos a caer en dimes y diretes, hay una
investigación y pues que se encuentre a los responsables y se castigue”.
Durante la jornada
electoral del pasado domingo, un grupo de diputados y senadores del PRD,
integrado por Silvano Aureoles, coordinador de la Cámara de Diputados, el
senador Luis Sánchez y los diputados Joaquina Navarrete y Silvano Blanco de
Aquino, sobrevoló a bordo de un helicóptero el paradisíaco Cancún. Este
sobrevuelo se realizó con el propósito de documentar la existencia del turismo
electoral que, según denuncias del PAN y del PRD, inició en marzo pasado con el
empadronamiento de 7 mil ciudadanos de los estados vecinos de Quintana Roo.
Al parecer, los
legisladores perredistas no encontraron pruebas claras de la “operación
primavera”. Tampoco hay reportes contundentes en los medios de comunicación,
quienes cumplieron satisfactoriamente su deber de informar a la sociedad
quintanarroense los pormenores de la jornada electoral, en la que se votó por
10 presidentes municipales, 15 diputados de mayoría y 10 de representación
proporcional.
El que sí encontró elementos
que fortalecen la hipótesis de la existencia de la “operación primavera” es el Instituto
Federal Electoral (IFE). Previo a la realización de las elecciones, y mediante visitas
domiciliarias de campo, el IFE detectó a mil 388 yucatecos que, sin tener
residencia en Quintana Roo, cambiaron su domicilio a diversas localidades de
esta entidad. La solución del IFE fue eliminarlos del listado nominal.
Al término de la pasada
jornada electoral, el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) –uno de los
primeros en aprobar las planillas de candidatos ciudadanos e independientes–
informó a la opinión pública que las elecciones fueron “limpias”. También las
adjetivó como “pacíficas, transparentes y democráticas”. Habrá que esperar a
que el partido del sol azteca presente el expediente con las irregularidades
electorales que se registraron el domingo para corroborar la afirmación de este
organismo, que dicho sea de paso, logró la apertura exitosa de las mil 726
casillas a lo largo del territorio quintanarroense.
Lo más triste de este
caso en particular es que, en el afán de frenar la práctica del turismo
electoral, se cometieron algunas violaciones a los derechos humanos. Me refiero
específicamente a las afectaciones y retrasos que experimentaron cientos de
personas que arribaron al destino turístico más importante de México. La
policía de ese municipio (gobernado por el PRD) detuvo a todos los autobuses de
turismo nacional que arribaron a Cancún entre las 7 y 10 de la mañana,
obligando a los usuarios –sospechosos de ser “turistas electorales”– a
descender y abandonar las unidades que los transportaban. A todos ellos se les
dejó con sus maletas en la entrada de la ciudad, violando así su derecho al
libre tránsito.
En las elecciones del
pasado domingo, marcadas por las descalificaciones y acusaciones de actos de
corrupción entre los principales partidos políticos de México, estuvieron en
juego 1,374 puestos de elección: 931 presidencias municipales, 272 diputaciones
de mayoría relativa y 170 plurinominales, así como un gobernador en Baja
California.
Por cierto, en esta
entidad de la República mexicana el Consejo del Instituto Electoral y de
Participación Ciudadana (IEPC) tomó el acuerdo de no validar los resultados del
PREP, debido a los errores que presentó su cómputo. Así es que por el momento
no hay nada para nadie, aunque no está por demás recordar que, con más del 90
por ciento de las casillas computadas, el panista Francisco Vega de Lamadrid
aventajaba al priista Fernando Castro Trenti.
Por último, considero
necesario señalar que los mexicanos tenemos ante nosotros un gran desafío: resolver
el preocupante problema del abstencionismo, ocasionado por el creciente
malestar de la población hacia la clase política mexicana, así como por las
irregularidades y la falta de transparencia que suelen ensombrecer los procesos
electorales. Estará de acuerdo conmigo, estimado lector, que el abstencionismo
y las prácticas que lo originan le hacen
muchísimo daño a nuestra endeble democracia.
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